Revolución Rusa: Resumen, Causas y Consecuencias

Sin lugar a dudas, uno de los eventos que marcó el desarrollo del comunismo y su extensión en Europa y el mundo fue la Revolución Rusa ocurrida en 1917.

Desde la caída del Zar hijo hasta el levantamiento y consolidación de Vladimir Lenin, este acontecimiento histórico dejó una huella imborrable en la memoria de los rusos.

Esto, debido a las pésimas condiciones y calidad de vida que todos ellos debieron soportar antes, durante y después de que ocurriese esta revolución.

Para comprender las circunstancias que originaron dicho movimiento, sus inicios, su desenlace y sus consecuencias, es necesario profundizar en los hechos y conocer los detalles que rodean a la Revolución Rusa.

Antecedentes de la Revolución Rusa

Desde la antigua dinastía de Románov, instaurada tres siglos atrás desde 1613, la política de Estado en Rusia se regía bajo un tipo de régimen autocrático y represivo de las libertades individuales, cuya máxima autoridad era el Zar.

Este se caracterizaba por su orientación hacia el sistema feudal, aunque con el paso del tiempo se iba distanciando de esta ideología (como con la abolición de la servidumbre en 1861).

Ya en 1905 se comenzaban a originar los primeros levantamientos revolucionarios en contra del Zar (Nicolás II), donde tras la derrota de Rusia en la guerra que mantenía contra Japón, el Estado llegó a mostrar un flanco débil.

El 22 de enero de este mismo año fue convocada una protesta para demandar reformas políticas al modelo de gobierno zarista, la cual fue violentamente reprimida y dio origen al así denominado “Domingo Sangriento”.

Los trabajadores y campesinos involucrados en las manifestaciones se unieron para formar un poder ajeno al control del Estado, el cual fue conocido bajo el nombre de los Soviets, cuya importancia durante la revolución no debe desestimarse.

Adicionalmente, en los modelos educativos que eran aplicados a estudiantes, obreros y campesinos, comenzaban a introducir los ideales marxistas en los que, progresivamente, el pueblo hallaba una alternativa al régimen zarista.

Esto, además de ocasionar nuevos levantamientos fallidos en defensa de dicha ideología, infundió en los rusos la esperanza de un nuevo modelo político que podría ofrecerles un cambio radical en cuanto a su calidad de vida.

Años más tarde, esta ideología sería cosechada por líderes políticos y sería transformada en el modelo comunista.

Durante los años finales del mandato del Zar, Rusia se encontraba inmersa en una guerra contra Alemania, cuyo desarrollo había dejado a su territorio desprovisto de mano de obra (hombres adultos y jóvenes) para trabajar en los distintos sectores de la economía.

A pesar de los avances en maquinaria que había impulsado la Revolución Industrial, Rusia permanecía siendo un país casi completamente agrario, con un 85 % de la población habitando en zonas rurales.

A conciencia de esto, el Zar había privatizado la mayor parte de las tierras fértiles del país, dejando sin terrenos a una gran cantidad de campesinos que necesitaban del cultivo para poder sobrevivir.

El Zar había sido advertido por el parlamento de las condiciones en las que se encontraban sus habitantes, que el crecimiento económico que habían mantenido hasta entonces se había derrumbado y recomendaban un gobierno de transición.

Pero esta idea fue rechazada y, como consecuencia, perdió el apoyo tanto del pueblo como de otros funcionarios.

En el transcurrir de 1917 nos encontramos con una Rusia en guerra, cuyas tropas estaban conformadas por las fuerzas más productivas de la nación, tierras expropiadas y un estado de miseria y hambruna que no parecía tener final.

¿Cómo inició la Revolución Rusa?

El 23 de febrero de 1917, un grupo de mujeres que habían remplazado a sus respectivos esposos, padres o hijos en los puestos que desempeñaban en fábricas textiles, decidieron abandonar sus funciones y protestar contra las pésimas condiciones laborales en las que se encontraban.

Esto se inició en Petrogrado (actual San Petersburgo) y la cifra de féminas que participaban en dicha manifestación alcanzaba un total de 100.000.

Durante las protestas, tomaron las calles y entre cantos y carteles difundían la consigna de “¡Queremos pan, abajo la guerra!”.

El error del Zar fue ignorar la trascendencia de dicha manifestación, pues al día siguiente, lejos de haber culminado, otros pobladores se habrían sumado y aumentarían el número de protestantes a 150.000.

En los días siguientes, se ordenó a la policía detener las protestas, pero habiendo logrado los manifestantes saquear las armas de las estaciones, se levantó un conflicto armado que dejó decenas de heridos en ambos bandos.

Pasaron a ser los militares quienes se encargarían de detener las protestas, asesinando a sangre fría a cientos de civiles que, armados bajo nuevas guarniciones, conseguirían repeler y combatir el fuego con fuego.

Finalmente, para el 2 de marzo del mismo año y presionado por el Consejo del Estado Mayor, el Zar renunciaría al cargo y otorgaría la primera victoria a la Revolución Rusa.

A pesar de este logro, la revolución todavía estaba lejos de llegar a su final.

Etapas de la Revolución Rusa

Si bien los eventos de mayor relevancia histórica para la Revolución Rusa ocurrieron en 1917, estuvieron separados por una cierta cantidad de meses en inactividad (o, mejor dicho, actividad pasiva).

Por ello, esta se suele dividir en dos etapas para así describir con más exactitud los acontecimientos ocurridos y sus respectivas repercusiones a nivel político y social.

Primera Etapa: Revolución de Febrero

La primera etapa abarca el origen propiamente dicho de la Revolución Rusa, conformado por los primeros levantamientos y manifestaciones hasta la abdicación del Zar como máximo líder.

También toma en consideración los antecedentes como fundamento para el surgimiento de esta primera etapa, así como el retorno de Lenin del exilio para que los conflictos entrasen en latencia hasta la segunda etapa de la revolución.

Segunda Etapa: Revolución de Octubre

Esta se compone por un segundo levantamiento del pueblo, liderado por Lenin y los Bolcheviques, contra el Estado al mando, que en este caso se trataba de un gobierno provisional conformado por miembros del parlamento imperial.

Esta finaliza con dos hechos relevantes: el primero fue el ascenso de Lenin al poder y la instauración del modelo comunista en Rusia, que puso fin a los últimos restos de derecha que quedaban dentro del país.

El segundo, la retirada de Rusia de la Primera Guerra Mundial y la rendición contra las tropas alemanas.

¿Cómo finalizó la Revolución Rusa?

 

El inicio del fin no fue marcado por Lenin, ni los Soviets ni los Bolcheviques, sino por las mismas tropas militares del gobierno ruso, que habían llevado a cabo sin éxito un golpe de Estado.

Dirigidos por el general Lavr Kornílov, quien —motivado por su destitución— buscaba hacerse cargo del puesto como máximo líder, se mantenía identificado con la facción antirrevolucionaria.

Su ataque fue repelido exitosamente por los jefes de gobierno, pero hizo pública la debilidad dentro de su partido y las divisiones que existían en cuanto a las decisiones tomadas.

Esto sirvió como una señal para Lenin de que era el momento para levantar una nueva revolución que, a pesar de la resistencia de algunos líderes bolcheviques, fue apoyada.

En horas tempranas del 25 de octubre de 1917, el ejército de los bolcheviques tomaría los sectores más importantes de Petrogrado; es decir, estaciones eléctricas y de gasolina, telégrafos, estaciones de tren, entre otros.

Un complot tan simple llevaría al gobierno a un caos, al punto en el que perdería todo el control de la ciudad, a excepción del Palacio de Invierno, donde permanecían recluidas las principales figuras políticas.

Al verse incapaz de responder, el primer ministro y máximo líder del gobierno, Alexander Kerensky, asumiría la derrota y entregaría el poder, llevando a los bolcheviques a infiltrarse en el palacio a la madrugada siguiente y a consumar su triunfo.

A partir de este momento, Lenin se convertiría en el máximo líder de Rusia y proclamaría el final triunfante de la Revolución Rusa para el pueblo.

Consecuencias de la Revolución Rusa

Las consecuencias posteriores a la Revolución Rusa no se hicieron esperar, pues diversos acontecimientos de gran importancia le siguieron tiempo después.

1. El fin de la Primera Guerra Mundial

Tal y como Lenin había prometido a lo largo de su liderazgo en la revolución, las tropas rusas fueron retiradas para regresar a sus respectivos hogares.

Esto significaba un acto de rendición contra Alemania y le entregaba la custodia de los países bálticos (Polonia, Bielorrusia y Ucrania) que se encontraban disputando a lo largo del conflicto bélico.

A pesar de que la guerra había llegado a su fin para Rusia, la paz estaba lejos de ser conseguida, pues la llegada de millones de soldados rusos a sus casas solo incrementó la crisis económica que se estaba viviendo.

El desempleo se acrecentó como consecuencia del fin de la guerra, porque esta mantenía la constante producción de materiales y, al detenerse, ocasionó que muchas fábricas administrasen un cierre temporal.

También se debió a las políticas de tierras comunales: los campesinos contaban con menos terreno y se limitaban a cultivar para su propia gente, lo cual desbordó el período de hambruna entre las clases más bajas.

2. Inicio de la Guerra Civil

Los rusos vieron como un fracaso las doctrinas que habían defendido a lo largo de la revolución y, en junio de 1918, se levantaron nuevamente contra el Estado formando una guerra civil.

A diferencia de sus predecesores, Lenin no subestimó el poder de sus rivales y uno de sus primeros movimientos al tomar posesión del cargo fue la unificación de los soldados y campesinos que formaron parte de la revolución en un cuerpo armado: La Guardia Roja.

Esto les permitió combatir y dominar de forma brutal los alzamientos de los civiles, asesinando a un total de 10 millones de personas aproximadamente.

3. El asesinato del Zar

El Zar Nicolás II había permanecido confinado en su hogar con el resto de su familia una vez abandonado el poder, pero los líderes bolcheviques todavía lo consideraban un símbolo vivo de lo que fue la antigua derecha.

Esto motivó a la decisión de enviar tropas a infiltrarse en su casa, tomar por la fuerza a todos los presentes y llevarlos al sótano para ser fusilados.

Este acto no solo incluyó al Zar, sino a su esposa e hijos, junto con personal de la casa e incluso la mascota del hogar.

Las órdenes de Lenin eran drásticas y llegaban a ser sanguinarias cuando lo ameritaban, por lo que —tras 4 años de intensa lucha (1922)— los alzamientos se disiparon y la guerra civil concluyó.

4. Alzamiento del Comunismo y la Unión Soviética

La victoria soviética sobre el pueblo les demostró a otros gobiernos de Europa Oriental la fuerza del comunismo, lo que motivó a países cercanos a conformar un nuevo frente que defendiera dicha ideología como método para consolidarse como potencia.

Este se denominó Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y estuvo conformada inicialmente por solo 4 naciones (Rusia, Transcaucasia, Ucrania y Bielorrusia).

A partir del inesperado crecimiento que consiguieron en años posteriores, la Unión Soviética abarcó prácticamente a todos los países de Europa del Este.

¿Quién financió la Revolución Rusa?

Un hecho que causó revuelo en el mundo entero fue el descubrimiento de quién había sido el responsable de dotar a los Bolcheviques y a los Soviets con el armamento necesario para hacer frente al Estado.

Esta información salió a la luz en 1920, a través de un documento redactado por el servicio secreto estadounidense y dirigido a todas las embajadas de sus países aliados.

En ella, se describían 8 secciones de cómo la influencia de las grandes entidades bancarias judías habían contribuido en pro de la revolución.

Se hizo mención a centros bancarios tales como:

  • Max Bank Warburg&Co
  • Jewis Banking-House
  • Banco Kuhn, Loeb&Co
  • Jewish House de Speyer&Co

Solo por hacer mención a los principales, pues cada una de ellas invirtió más de 10 millones de dólares en financiar los alzamientos del pueblo.

En una conferencia, al presidente del banco Kuhn se le preguntó directamente las razones por las cuales financió el establecimiento de un gobierno con ideología radicalmente opuesta a la capitalista.

A la anterior interrogante, Kuhn respondió que la religión judía respetaba la instauración de la voluntad nacionalista.

Además, argumentó que la revolución debilitaría al Estado y permitiría la inclusión de inversiones de empresas exteriores, llevándolos a extender su monopolio comercial.

Este fue uno de los principales motivos por el cual la Revolución Rusa triunfó por encima del Zar y del gobierno provisional.

¿Quién encabezó la Revolución Rusa?

Para conocer quiénes fueron los líderes responsables en la consumación de la Revolución Rusa, es necesario conocer más acerca de los bandos políticos que promovieron esta lucha: los Bolcheviques y los Soviets de Petrogrado.

Los Bolcheviques fueron un grupo radical surgido dentro del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, fundado y dirigido por Vladimir Lenin, cuyo objetivo era la alianza con las clases oprimidas de la sociedad, los obreros y campesinos, para establecer una dictadura proletaria.

Convivían con los Mencheviques, dirigidos por Yuli Mártov, cuya visión revolucionaria consistía en la implementación de reformas en beneficio de la clase obrera, a partir de un sistema capitalista dirigido por la burguesía.

Junto con Lenin, otro de los personajes fundamentales para los Bolcheviques fue León Trotski, responsable de la negociación de rendición de Rusia en la Primera Guerra Mundial y líder de la Guardia Roja.

Los Bolcheviques y la Revolución Rusa son prácticamente considerados sinónimos, debido a que fueron sus consignas, sus estrategias y sus fuerzas armadas las que llevaron a consumar el triunfo de la revolución.

Los Soviets de Petrogrado no existían hasta antes de la primera etapa de la revolución, pero su desempeño durante la Revolución de Octubre fue determinante para conseguir el triunfo.

Su primer líder fue el Menchevique Nikolái Chjeidze, antiguo aliado del jefe del gobierno provisional Aleksandr Kérenzki, quien había rechazado formar parte del comité del parlamento por su afinidad con las ideas revolucionarias.

Su crecimiento en cuestión de meses fue incontrolable, con más de 3000 seguidores y siendo más de la mitad de ellos soldados entrenados.

Por ello, tras el intento de golpe militar fallido, el posicionamiento de las tropas Soviets a lo largo de todo Petrogrado fue fundamental para alcanzar el triunfo.

¿Quién fue Rasputín en la Revolución Rusa?

Una de las figuras más controversiales en la historia de Rusia es, sin lugar a dudas, el llamado “Monje Loco” de Rasputín, cuya influencia en la Revolución Rusa fue más determinante de lo que muchos libros suelen contar.

Con un pasado relacionado con el campo, Rasputín llegó a San Petersburgo con la intención de predicar sus enseñanzas de vida y promover sus poderes curativos entre la aristocracia.

Su ascenso entre la nobleza fue mucho mayor al que él mismo pudo haber esperado, obteniendo la simpatía de la emperatriz Alejandra Fiódorovna, al ayudar a sanarle los dolores de su hijo, Alexis Nikoláievich, quien padecía de hemofilia.

La confidencialidad que guardaba con el Zar llegó a tal punto que, al estallar los conflictos de la Primera Guerra Mundial, pasó a tomar control del gobierno mientras este se dirigía al frente de batalla como alto mando del ejército.

No obstante, la nueva posición de Rasputín solo consiguió debilitar el poder del Estado y propiciar el levantamiento de la revolución, debido a los rituales esotéricos y las numerosas orgías que practicaba, escandalizando la opinión pública.

La magnitud del daño que había causado Rasputín al poder del Estado y a Rusia fue tal, que incluso se llegó a considerar que lo había hecho a propósito, conspirando a favor de Alemania.

¿Quién fue Lenin en la Revolución Rusa?

Con estudios en politología y filosofía, Valdimir Lenin militó desde su juventud en partidos radicales de izquierda, cuyas manifestaciones lo llevaron al arresto en varias ocasiones e incluso a ser exiliado de su propio país durante algunos años.

Esto le permitió desarrollar su propia visión de la doctrina comunista y predicarla por toda Europa, haciéndose un nombre entre las promesas políticas más influyentes.

Lenin fue el fundador y líder del partido de los Bolcheviques, el cual supo introducir a partir de la debilidad del gobierno durante la Revolución de Febrero y el cual fue determinante para la posesión de San Petersburgo en la Revolución de Octubre.

El legado de Lenin a lo largo de la Revolución Rusa fue posiblemente el más importante de entre todos los personajes que en ella participaron, llegando a ser comparado con Marx en cuanto al alcance de sus doctrinas ideológicas.

¿Quién fue Stalin en la Revolución Rusa?

Uno de los personajes que no sería determinante para el desenlace de la Revolución Rusa, pero que jugaría un rol protagónico en años sucesivos a ella fue Iósif Stalin.

Formó parte de los soldados afines con las tropas de los Bolcheviques, estando presente cuando se llevó a cabo la Revolución de Octubre.

Su astucia y compromiso con el partido le otorgó un vertiginoso ascenso en la política, ganándose el reconocimiento de Lenin y ocupando el puesto de secretario general de la Unión Soviética a partir de 1922.

Tras la muerte de Lenin en 1924, solicitó en 3 ocasiones (1926, 1927 y 1952) ocupar la posición como máximo mandatario del Estado, siendo estas rechazadas de manera unánime.

No obstante, esto no impidió que, con ayuda de fuertes campañas mediáticas y de sus destrezas como líder, Stalin se convirtiese en uno de los dictadores más temidos y poderosos en todo el mundo.

Siguiendo las doctrinas marxistas-leninistas impulsadas durante la Revolución Rusa, Stalin optó por sacrificar la libertad individual de los habitantes en beneficio del Estado y la comunidad.

A pesar de ser considerado un líder represivo y sanguinario, supo colocar a la Unión Soviética entre las dos naciones más poderosas de mundo, durante y después de la Segunda Guerra Mundial.

¿Cuándo fue la Revolución Rusa?

El inicio de la Revolución Rusa se remonta a sus primeras manifestaciones, específicamente al 23 de febrero de 1917.

No obstante, ocurre algo curioso en torno a las fechas históricas de la Revolución Rusa y es que fueron descritas en función del calendario bizantino (utilizado en Rusia para ese entonces) y no del gregoriano (utilizado en la actualidad).

Tomando como referencia nuestro calendario actual, los inicios de la Revolución Rusa se remontarían más precisamente al 8 de marzo de 1917.

¿Cuándo terminó la Revolución Rusa?

La Revolución Rusa llegaría a su fin con la fuga de los líderes del gobierno de transición y la toma del Palacio de Invierno por parte de los Bolcheviques, ocurrido en la madrugada entre el 26 y 27 de octubre de 1917.

Como ocurre con el resto de las fechas, están históricamente descritas en función del calendario bizantino. Por tanto, el fin de la Revolución Rusa se ubicaría en el calendario actual el 8 de noviembre de 1917.

¿Dónde se dio la Revolución Rusa?

El régimen zarista, implementado previo a la Revolución Rusa, entre sus múltiples características destacaba por ser un gobierno centralizado. Es decir, las principales decisiones concernientes a todo el país eran dictadas desde la capital.

Naturalmente, el foco del levantamiento en ambas etapas de la revolución debió ser igualmente en la capital del Imperio Ruso, es decir, en Petrogrado (actual San Petersburgo).

Sin embargo, otros acontecimientos importantes se llevaron a cabo en ciudades cercanas o incluso tierras vecinas al territorio ruso, tales como el Imperio Austro-Húngaro.

¿Cómo influyó la Revolución Rusa en América Latina?

Separados por la inmensidad del Océano Atlántico, mientras en Rusia ocurría una revolución, otros acontecimientos de gran relevancia y de la misma naturaleza se suscitaban en América Latina.

En el mismo año en el que ocurrían los levantamientos en Rusia, se consolidaba la constitucionalización de una nueva república en México, acontecimiento consecuente a la Revolución Mexicana.

Durante todo el siglo XX, los protagonistas de las distintas revoluciones en América Latina  orientaban sus doctrinas ideológicas al fortalecimiento de las clases sociales desfavorecidas (obreros, campesinos, clases bajas emergentes), como ocurría en Rusia.

Hubo una clara influencia de la victoria del comunismo ruso en países latinoamericanos donde existían partidos políticos con afinidad de izquierda, cuyo impacto puede ser descrito en dos etapas:

  • Una primera etapa (entre 1917 y 1924), en países como México, Argentina, Uruguay y Chile
  • Una segunda etapa (entre 1925 y 1935), en países como Colombia, Perú y Ecuador

También se formaron pequeños núcleos marxistas-leninistas en países como:

  • Cuba (1925)
  • Bolivia (1928)
  • Panamá (1930)
  • Venezuela (1931)
  • Puerto Rico (1933)
  • Haití (1934)

Con el fortalecimiento del comunismo ante la instauración de la Unión Soviética, otras fuerzas reformistas con ideología liberal o de derecha perdían cada vez más como medio para beneficiar al movimiento obrero.

La ideología comunista y sus supuestos teóricos tampoco pasaron inadvertidos entre los estudiosos de América Latina.

Gran cantidad de artículos escritos por Lenin u otros autores fueron publicados y discutidos en los centros universitarios de más alta importancia.

Figuras revolucionarias como Emiliano Zapata, Julio Antonio Mella y Ricardo Flores Magón felicitaron con entusiasmo los acontecimientos ocurridos en Petrogrado.

Esto hace evidenciar un antes y un después en los países latinoamericanos, en cuanto a su forma de concebir la política, a partir de la Revolución Rusa.

¿Cuál es la relación entre la Revolución Rusa y la Primera Guerra Mundial?

Existe una relación simbiótica entre la Revolución Rusa y la Primera Guerra Mundial, puesto que cada una influyó de alguna manera en el inicio y desenlace de la otra.

La Primera Guerra Mundial inició el 28 de julio de 1914, aunque su principal detonante ocurre un mes antes, durante el asesinato del archiduque de Austria, Francisco Fernando, de la mano del nacionalista serbio Gavrilo Princip.

Ante tal acontecimiento, el Imperio Austro-Húngaro llamó a sus respectivas alianzas, entre ellas Rusia, para emprender un ataque contra el Reino de Serbia y sus respectivos bloques de coalición, entre ellos Alemania.

El llamado de guerra por parte de las tropas rusas debilitó enormemente los principales sectores de la economía en su territorio, ocasionando un período de crisis y hambruna sin precedentes durante el gobierno del Zar.

Los revolucionarios rusos, junto con la población civil, habían manifestado su oposición al decreto de formar parte de la Primera Guerra Mundial, posición que quería ser aprovechada principalmente por Alemania.

Los alemanes vieron en las doctrinas que divulgaba Lenin (desde su exilio en Suiza) una forma de acabar con el gobierno zarista y, simultáneamente, debilitar la posición de Rusia dentro de la guerra.

Los alemanes infiltraron a Lenin dentro de un tren sellado y sin derecho a revisiones y lo enviaron a Petrogrado, lugar en donde se llevó a cabo la Revolución de Febrero y estallaría meses más tarde la Revolución de Octubre.

La posición de Alemania a favor de la Revolución Rusa no solo fue acertada, sino que se vio recompensada cuando Lenin, al alcanzar el poder, cumpliría su promesa y retiraría las tropas del territorio enemigo.

Para marzo de 1918, se firmaría el Tratado de Brest-Litovsk, cuya finalidad sería acordar la paz entre ambas naciones, incluido el resto de los imperios involucrados en la guerra.

En resumidas cuentas, el surgimiento de la Primera Guerra Mundial ocasionaría la crisis y la doctrina ideológica que daría inicio a la Revolución Rusa, que a su vez sería la responsable de que se llegase a alcanzar la paz en la guerra.

Esto hace que la relación entre dichos acontecimientos históricos sea estrecha e innegable.

¿Qué fue primero: la Revolución Rusa o la Segunda Guerra Mundial?

El inicio de la Segunda Guerra Mundial, si bien se discute entre los distintos historiadores, se suele ubicar en el 1 de septiembre de 1939, con la invasión de la Alemania Nazi a Polonia y la ruptura del Tratado de Versalles.

Por consiguiente, ocurriría más de una década después del fin de la Revolución Rusa, pero no por ello dejarían de guardar relación entre sí.

Una de las principales consecuencias a largo plazo de la Revolución Rusa fue la consolidación de la Unión Soviética que, a pesar de iniciar marcando un fuerte período de crisis durante el mandato de Lenin, se consolidó como potencia mundial con la llegada de Stalin.

Ya una vez iniciada la Segunda Guerra Mundial, la rivalidad histórica que había quedado entre Alemania y Rusia todavía persistía, llevándolos a declararse enemigos en función de las alianzas establecidas.

Como resultado, ocurrieron batallas emblemáticas (como la batalla de Stalingrado) y el intento de invasión terrestre (por parte de Alemania en la Operación Barba Roja) de mayor tamaño en la historia.

La solidez de la Unión Soviética a lo largo de la Segunda Guerra Mundial les permitió recuperar territorios que habían perdido como resultado del acuerdo de paz posterior a la Revolución Rusa.

Estos eventos hacen que, si bien no se establezca una relación directa, exista cierto grado de vinculación entre la Revolución Rusa (1917) y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

La importancia de la Revolución Rusa, tanto para Europa como para América Latina y el resto del mundo, no debe desestimarse. Es posible que sin ella la percepción de la política actual fuese radicalmente distinta a la que poseemos.

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