El contexto en el que se desarrolla la historia de México alude al conjunto de elementos políticos, sociales y económicos que fueron cruciales para poder separarse del yugo español y se proclamara como país independiente.
El objetivo era convertirse en una nación libre, en la que existiera la igualdad entre nativos y españoles, donde se respetase la integridad humana y en la que no tuviera que rendírsele cuentas a otro país (España).
Para comprender el contexto histórico que envolvió a México durante su independencia, es necesario analizar sus elementos, junto con otras características, con mayor profundidad.
Influencia de La Ilustración
Antes de empezar, se debe entender que ya existía un descontento por parte del pueblo hacia las fuerzas imperialistas, debido a la discriminación y los maltratos que recibían en las colonias.
Sin embargo, en 1760 llegan los ideales revolucionarios propuestos en la obra conocida como La Ilustración, planteados por autores como Rosseau, Voltaire, Locke y muchos otros.
En dicho tratado se denunciaban las injusticias que se vivían en los regímenes absolutistas, destacando que en un territorio todos los habitantes deben vivir con los mismos derechos y principios enmarcados en un criterio de igualdad.
La Ilustración hacía un llamado a que la soberanía de una nación radicaba en el pueblo y no en el individuo o grupo reducido al que se le asignaban las funciones mandatarias.
Alertados ante el potencial riesgo que implicaría la llegada de este conocimiento al pueblo nativo, los españoles prohibieron la difusión e imprenta de dicha obra en el territorio que controlaban con la pena de muerte.
No obstante, estas férreas leyes no pudieron evitar la publicación clandestina de La Ilustración, que llegó a las manos de los jefes de grupos oposicionistas y encendió una parte de la hoguera revolucionaria.
Ante estos nuevos ideales, sumados al descontento existente, fue que comenzaron a armarse los grupos de resistencia contra las autoridades españolas.
Influencia de la Revolución Francesa
De la mano de Napoleón Bonaparte, en 1789, el movimiento revolucionario francés fue en cierta manera determinante para la proclamación de México como nación independiente.
Esto se puede explicar sobre tres criterios fundamentales:
Los Ideales de la Revolución Francesa
La consigna de este movimiento político consistía en: Libertad, igualdad y fraternidad, con lo cual se hacía un llamado a luchar por los derechos de los oprimidos ante las fuerzas imperialistas para, de esta forma, incentivar la independencia.
En territorios vecinos como Estados Unidos y Haití, ya habían logrado despertar dichos ideales independentistas, por lo que para los españoles era un gran temor que el pueblo mexicano hiciera lo mismo ante ellos.
La Invasión al Territorio Español
La Revolución Francesa no solo fue un dolor de cabeza para España en el aspecto ideológico, sino también en el territorial, pues en 1808 el ejército francés, dirigido por su líder Bonaparte, irrumpió el territorio español y amenazaba con una posible invasión.
La necesidad de defenderse ante un ataque inminente tuvo repercusiones importantes en el control de las colonias, ya que dejaban blancos expuestos que posteriormente fueron aprovechados durante la revolución.
La Lucha entre Dos Reyes
Como respuesta a la amenaza de invasión, el rey Carlos IV tomó la decisión de trasladar su gobierno como centro de operaciones a lo que se conocía como Nueva España, cuya capital era Ciudad de México.
Esta decisión tuvo el rechazo total por parte del pueblo nativo mexicano, por lo que en contra de la voluntad del rey, se procedió a mandar a su hijo Fernando VII.
Con el propósito de remediar dicha situación, Carlos IV recurrió a Napoleón Bonaparte para que sirviera como mediador entre el poder con el que ahora contaban ambos reyes.
Sin embargo y para su sorpresa, Napoleón se aprovechó de la situación de desorden político y obligó a ambos reyes a dimitir de sus funciones, delegándolas a su hermano José Napoleón.
Esta decisión no fue reconocida por el pueblo mexicano, quien consideraba a los Napoleón como unos usurpadores al aprovecharse de la poca autoridad que manifestaba la corona para revelarse y comenzar su proceso independentista.
Contexto Social, Político y Económico Durante la Independencia de México
Para apreciar el resto de las circunstancias que dieron paso a la independencia de México, es necesario clasificarlas en estas tres áreas que, aunque guarden relación, originaron de manera independiente aspectos fundamentales para la revolución.
Contexto Social
Como ya había mencionado, el descontento por parte de la raza nativa era enorme (y continuaba creciendo) ante la irrupción de sus derechos por parte de los pobladores españoles.
Existía una abismal y marcada diferencia entre la clase aristocrática y la obrera dentro del territorio de México, ya que la primera gozaba de privilegios y cuidados únicos en su tipo.
Además estaba la forma de comportarse, las vestimentas, el irrespeto que mantenían con las clases bajas y la relación parcializada que sostenían con los gobernantes que, al final, sentenciaban a favor de España.
Esto solo dio lugar a un resentimiento social hacia los ricos, uniendo al pueblo nativo en cuanto a los motivos que posteriormente los llevarían a revelarse.
Otro aspecto a considerar era que los nativos, a pesar de haber habitado dichas tierras antes de la llegada de los españoles, debían pagar cantidades exorbitantes para ser considerados habitantes de Nueva España.
Estos criterios fueron la base, por así decirlo, de lo que llevaría al pueblo mexicano a plantearse las primeras ideas de revolución en contra del yugo español.
Contexto Político
Además del control que ejercía la corona española, México era un territorio codiciado por otras naciones debido a su posición estratégica dentro del mapa, la cual era de gran provecho para el mercado marítimo global.
La estructura política, en cuanto a ideales para gobernar, estaba muy mal organizada, puesto que tenía influencias de distintos modelos políticos de otros países, lo que evitó que alguno acabara de establecerse por encima del resto.
Esto causaba que se ignorasen las necesidades del pueblo mexicano, tomando como referencia la experiencia de otros países y, como resultado, el modelo político no funcionaba.
Además de esto, resalta la ausencia total de una democracia bien ejercida, donde (como ya se ha mencionado) reinaba un favoritismo evidente hacia la clase alta y los españoles, por encima de la clase obrera y nativa.
Contexto Económico
Mientras se calentaban los ideales independentistas, el gobierno español poseía considerables deudas con países de Europa (principalmente Gran Bretaña). Dichas deudas los hacían ver como una nación muy poco sólida, económicamente hablando.
Como consecuencia de esto, los principales inversionistas extranjeros temieron por su capital y abandonaron las tierras de Nueva España, lo que ocasionó una marcada crisis de desempleo.
Esto, sumado a la deficiencia de recursos básicos (de agricultura y ganadería) para satisfacer las necesidades de sus habitantes, originó un caos interno dentro del territorio mexicano.
De esta situación se aprovecharon los capitalistas, poseedores de tierras y grandes cantidades de dinero, que viendo las necesidades del pueblo comenzaron a ofrecer préstamos con altísimas tasas de interés.
Las condiciones en las que se vivían se tornaron simplemente incontrolables, por lo que realmente había poco que perder de manifestarse un golpe en contra de la corona española.
Liberalismo Conservador Frente a Liberalismo Radical
La ideología cultural también sufrió un cambio drástico en cuanto al antes y el después de la independencia de México, resultando como dominante, en primera instancia, el liberalismo conservador.
Este se caracterizaba por menospreciar el valor del individuo dentro de la sociedad, siempre dando mayor importancia a la masa y el poder que contenía.
Como su nombre lo indica, se apegaba al concepto de las tendencias tradicionales, por lo que se rechazaba cualquier nuevo ideal que representara un cambio en el modelo político, económico o social del territorio.
Comprendía el concepto revolucionario como una enfermedad que debía ser erradicada, debido a que reflejaba una transformación de las tradiciones predominantes de la cultura.
Aquí, la religión católica mantenía una fuerte influencia en la forma de gobernar, obligando a los nativos a aceptar la cultura monoteísta y regirse por los mandamientos de la ley de Dios.
Además, entendían que la desigualdad social era útil para mantener el eje conservador, ya que otorgaba el poder de decisión solo a los que aportaban en la sociedad, es decir, la clase alta.
Sin embargo, las condiciones para el éxito de dicha ideología se fundamentan en el bienestar económico de la nación, por lo que a medida que el territorio mexicano comenzó a entrar en crisis, dicho modelo empezó a debilitarse hasta desaparecer.
Esto dio lugar al Liberalismo Radical, cuyo marco cultural es drásticamente opuesto al descrito con anterioridad.
En él, se aseguraba el ejercicio del libre albedrío de cada persona, ratificando el mismo derecho de un individuo en relación con el resto de la sociedad (esta es la base fundamental para una democracia justa y la práctica del derecho al voto).
La libertad no estaba centralizada a lo que los gobernantes decidiesen, sino que cada persona podía realizar lo que desease, siempre y cuando no rompiese alguna de las leyes establecidas y aceptadas por ellos mismos.
Con esto se dio por concluido el maltrato de la clase alta en contra de la clase obrera, pues reinaba por encima de todo los derechos de igualdad que cada persona poseía.
La política y la religión finalmente fueron comprendidas como ejes paralelos, debido a que ya había, para cada individuo, libre práctica de la ideología espiritual.
Por todo lo dicho, el liberalismo radical fue un factor fundamental para el surgimiento y el progreso de México como nación independiente.
En Conclusión
La deficiencia de un modelo político bien establecido, la crisis económica y la desigualdad social fueron factores claves para que se diera comienzo a una revolución independentista del territorio.
La influencia teórica y práctica provenientes de La Ilustración y la Revolución Francesa sirvieron como fuentes de inspiración para los grupos de oposición, quienes llevaron a cabo los movimientos para derrocar el yugo español.
Además, la creciente debilidad de la corona española y su autoridad, tanto en Europa como en América, terminaron por permitir el levantamiento que culminó en la independencia de México.
Por estos motivos es que conocemos hoy a México como un país independiente y soberano.
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