Ejemplo de comparación, es una figura retórica que establece la relación existente entre dos elementos, los cuales guardan alguna similitud entre sí.
Ejemplo de comparación, en oraciones
Para que puedas detectarlos comúnmente se utilizan términos como: “como”; suerte de”; cual:
Lloraba como una niña.
Esa niña tiene ojos celestes como el cielo despejado.
Mario se cayó cual saco pesado.
Mi comida preferida es una suerte de papas españolas.
Tiene un cabello dorado cual sol brillante.
Habla tan rápido como la luz.
Tiene unos dientes tan parejos y blancos cual piano y sus teclas blancas.
Tiene una voz tan tierna que es una suerte de melodía.
Hablaba como un loro, no dejaba hablar a nadie de los presentes.
Todavía guarda el factor sorpresa cual niño.
Eres como la luz que ilumina mi sendero.
Caminaba tan lento cual tortuga.
Tu casa es tan oscura cual noche cerrada y sin luna.
Ejemplo de comparación, diferencia con la metáfora
Es común que puedas confundir la comparación con la metáfora, pero sin embargo debes prestar atención a las siguientes oraciones que te aclararán tu duda:
Tienes manos tan suaves como el terciopelo (es una comparación: se compara la piel suave con la suavidad del terciopelo.
Si digo:
Tienes manos de terciopelo: es una metáfora porque no estoy haciendo ninguna comparación.
Ejemplo de comparación, en poemas
En los siguientes poemas conocidos de autores famosos puedes detectar varias comparaciones:
De Juan Ramón Jiménez:
¡Oh soledad sonora! Mi corazón sereno /se abre, como un tesoro, al soplo de tu brisa
Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer:
Murmullo que en el alma se eleva y va creciendo / como volcán que sordo / anuncia que va a arder
Los placeres prohibidos de Luís Cernuda:
3.
Unos cuerpos como flores / otros como puñales /otros como cintas de agua /pero todos, temprano o tarde /serán quemaduras que en otro cuerpo se agrandan /convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un hombre
Fuente Ovejuna, de Lope de Vega:
Como el ave sin aviso / o como el pez, viene a dar / al reclamo o al anzuelo.
De Félix Mejía:
El que nace pobretón /tiene suerte de carnero / o se muere a lo primero / o si no lo hace, es cabrón
De Salvador Rueda:
Como el almendro florido /han de ser con los rigores: si / un rudo golpe recibe suelta / una lluvia de flores
Te animas a detectar la comparaciones de las anteriores poesías?
De Juan Ramón Jiménez:
¡Oh soledad sonora! Mi corazón sereno /se abre, como un tesoro, al soplo de tu brisa:
Compara la serenidad del corazón solitario con el tesoro.
Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer:
Murmullo que en el alma se eleva y va creciendo / como volcán que sordo / anuncia que va a arder
Compara el alma que crece y se eleva con el volcán que duerme pero anuncia que está por despertar.
Los placeres prohibidos de Luís Cernuda:
Unos cuerpos como flores / otros como puñales /otros como cintas de agua /pero todos, temprano o tarde /serán quemaduras que en otro cuerpo se agrandan /convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un hombre.
Compara los cuerpos de los hombres que pueden arder de amor, ser plácidos como el agua, pero que en definitiva tras fracasos y aciertos los cuerpos se convertirán en piedras, tendrán la dureza de la piedra al haber atravesado diferentes circunstancias en la vida.
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