La Revolución Industrial surgió en Gran Bretaña a mediados del Siglo XVIII y tuvo su mayor auge a mediados del Siglo XIX.
Gran Bretaña era el único reino de Europa que estaba conformado por una monarquía parlamentaria, en la cual el estado era dirigido no únicamente por los reyes y donde la economía era bastante sólida.
Al contrario del resto de Europa donde las monarquías eran absolutistas y constantemente se enfrentaban a revoluciones internas; Gran Bretaña ya se había desligado del absolutismo y se encaminaba hacia el liberalismo.
Los pasos eran firmes y seguros. Las guerras de Gran Bretaña con los demás países no llegaron a librarse en su territorio y la victoria de Inglaterra en la batalla de Trafalgar le daría un empujón aún mayor a la revolución Industrial.
Si bien la revolución industrial pareciera ser producto de un estallido repentino de avances y desarrollos tecnológicos, realmente fue un proceso y como tal se llevó su tiempo. A continuación veamos sus etapas.
Primera Etapa: desde 1760 a 1870
Características
Este fue un período marcado por los cambios en los sectores sociales encargados de los sistemas productivos de la época como lo eran la agricultura y la ganadería.
Gracias a la implementación de un nuevo sistema de siembra y cosecha, se pudo obtener la producción de diversos rubros y garantizar el abastecimiento de la carne de ganado durante todo el año.
Pero estos cambios derivarían también en el incremento del desempleo de los campesinos y trabajadores del campo quienes migrarían al trabajo textil, inicialmente con el uso de los telares de uso doméstico.
Producto de la guerra en Europa, la necesidad del incremento de la producción textil imperaba en Gran Bretaña, de allí que los conocimientos científicos se usaran para el desarrollo de máquinas que ayudarían a agilizar los niveles de producción textiles.
Surgieron así las primeras industrias textiles, pero no serían los únicos avances en cuanto a industrialización.
El uso del carbón con fines energéticos ya se conocía, no obstante su acceso y traslado se dificultaba, así como el traslado de los productos textiles. Pero esto encontraría solución con la invención por parte de George Stephenson en 1814 de la máquina de vapor.
Stephenson incorporó a la locomotora su máquina y a partir de allí revolucionó el proceso de transporte de carga.
Con este invento se generó un nuevo campo para el acceso y traslado de los productos industriales y de la materia prima y, en años posteriores, también para el traslado de pasajeros, que terminaría por derivar en la creación del primer sistema de trenes subterráneos.
Aunado a los avances científicos y debido a ellos, se desarrollaron mejoras notables en el nivel de vida de los pueblos, los cuales pasaron de vivir en zonas rurales con condiciones insalubres de existencia, a las zonas urbanas que fueron creándose en las ciudades.
Aparecieron las primeras vacunas, lo cual mejoró la salud de los habitantes, y el trabajo en las industrias, aunque mal pagado y exigente por cuanto la cantidad de horas de trabajo por hombre, era ahora la principal fuente de ingreso de los hogares.
Principales inventos de la Primera Etapa:
En 1800 el Italiano Alessandro Volta inventó la pila eléctrica. Aunque no era inglés su invento causaría grandes avances en la sociedad británica.
En 1814 Georges Stephenson crea la primera locomotora a vapor.
En 1834 Richard Roberts crea el primer telar y la máquina de hilar, los cuales serían contantemente transformados por otros inventores como John Wyatt y James Hargreaves.
En 1837 Samuel Morse crea el telégrafo.
Segunda Etapa: de 1880 a 1914
Características
Durante este período el desarrollo industrial y social fue en aumento. El comercio se expandió y los conocimientos y descubrimientos científicos comenzaron a estar al alcance de los demás países que ya han empezaban a seguirle el paso a Gran Bretaña con el desarrollo de sistemas ferroviarios.
Durante esta etapa hubo un aumento de los requerimientos de la industria siderúrgica, encargada de proveer los materiales necesarios para la construcción de los trenes y sus vías.
Es un período marcado por la industrialización y la producción en cadena de los productos, lo cual generó un mayor incremento en la productividad y por ende un empuje mayor al mercado y a la exportación.
Para esas fechas ya se conocía la electricidad y se habían desarrollado los modos de hacerla trabajar a beneficio del hombre. La construcción de la dinamo dio un impulso aún mayor a la producción industrial.
En estas fechas Thomas Édison presenta la lámpara incandescente y con ello un nuevo avance social genera un impacto aún mayor en la productividad industrial y en los hogares. Los trenes cuentan ahora con iluminación, igual que los hogares.
Las calles cuentan con sistemas de alumbrado público y el mundo se prepara para un próspero y fructífero siglo XX.
No obstante, a la par que Gran Bretaña y Europa avanzaban en la construcción de un sistema de vida y de desarrollo cada vez más industrializado, avanzaba también hacia un sector oscuro de la vida en común de la sociedad.
Producto del éxodo masivo de los trabajadores agrícolas hacia las ciudades, en busca del trabajo en las fábricas, las ciudades se vieron repentinamente sobre pobladas. Los trabajadores vivían hacinados y en ínfimas condiciones de salud.
El sueldo que devengaban era muy poco y las horas de trabajo demasiadas, hasta 15 horas diarias. A su vez niños y mujeres trabajaban por ingresos menores a los de los hombres y los empresarios poco cuidado ponían a sus trabajadores y sus condiciones laborales.
La pobreza iba en aumento y la restructuración social se vería ahora por clases, unas muy altas y ricas producto de sus inversiones en las empresas, los que se conocerán como la burguesía industrial.
Otros muy pobres y desfavorecidos, producto de sus bajos ingresos laborales, lo que se conocería como el proletariado urbano.
Más entrado el siglo XIX estas condiciones generarían un nuevo modo de ver el desarrollo social, surgirían pensadores que propondrían sistemas económicos igualitarios e incluso el Papa León XIII expondría su visión sobre la situación de los obreros en su encíclica Rerum Novarum.
A principios del Siglo XX esta situación laboral terminaría suscitando grandes polémicas que luego darían paso al reconocimiento por el estado y las leyes de los derechos de los trabajadores.
Principales inventos de esta etapa:
En 1871 se creó en parís la principal central comercial de plantas de energía, a partir del dinamo. Lo cual proporcionaría la energía a nivel industrial.
En 1876 Alexander Graham Bell creó el primer teléfono.
En 1879 Thomas Edison presentó sus primeras lámparas incandescentes.
En 1885 Karl Benz creó el primer automóvil de combustión interna.
En 1903 los hermanos estadounidenses Wright volaron el primer avión.
Como has podido observar, la Revolución Industrial fue una etapa decisiva en la vida del ser humano y que cambió la forma como hoy nos trasladamos, trabajamos e incluso nos comunicamos.
Cada nuevo avance e invento que hoy nos permite la vida en sociedad, así como las normativas laborales, las industrias y las tecnologías, son producto de ese primer motor del desarrollo que surgió en Gran Bretaña y que hoy conocemos como la Revolución Industrial.
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