Posiblemente existan pocos eventos tan emblemáticos para la historia de la humanidad y la sociedad contemporánea como la Segunda Guerra Mundial.
Sus inicios sorprendieron a Europa por la ruptura del Tratado de Versalles. Su desarrollo conmocionó al mundo por todas las implicaciones del Holocausto, pero —sin duda— es su final lo que hoy genera más controversia.
Todavía se rumora con respecto a los eventos que hicieron que un imperio tan sólido como los nazis se derrumbase de forma tan estrepitosa, sin mencionar las teorías conspirativas que envuelven a la muerte de su líder, Adolf Hitler.
La Operación Barba Roja
Para comenzar con los eventos que llevaron al fin de la Segunda Guerra Mundial, es necesario regresar a 1941 y analizar una de las estrategias de guerra más cuestionadas en la historia: la invasión a la Unión Soviética.
La Operación Barba Roja fue el nombre designado por el mismo Adolf Hitler para movilizar sus tropas y extender su dominio al territorio de uno de sus rivales más peligrosos.
De haber sido exitosa, probablemente el rumbo de la guerra no hubiese sido el mismo. Sin embargo, el desenlace de esta operación fracasó a causa de diferentes motivos.
El primero de ellos fue la demora en los planes de invasión, debido al apoyo que tuvo que brindar Alemania a Mussolini en su intervención en Africa Oriental. Esto hizo que el avance de las tropas alemanas en territorio soviético ocurriera entre junio y octubre.
Aunque esto parezca irrelevante a primera vista, fue crucial para la derrota de los alemanes en sus planes de invasión, pues debieron luchar, sin éxito alguno, contra la adversidad del invierno ruso.
Otro aspecto fundamental fue el contraste entre el desprecio de Hitler por recibir apoyo del pueblo eslavo o próximos a ellos, contra la política de inclusión de hermandad y patriotismo de Stalin para repeler la invasión alemana.
Ya en diciembre de 1941, estando las tropas alemanas a 25 km de Moscú, el frío de -50 ºC y el contrataque de las divisiones de Siberia, trajo como resultado la retirada de los alemanes y la derrota de la llamada Batalla de Moscú.
El 5 de diciembre se da por concluida la Operación Barba Roja, con la rendición pública de las tropas alemanas en Leningrado.
El Día D
Nombre popularmente utilizado para describir los sucesos ocurridos el 6 de junio de 1944, día decisivo para las tropas angloamericanas para definir el rumbo de la Segunda Guerra Mundial.
La operación consistía en el desembarco de buques en la bahía de Normandía para tomar por emboscada a las tropas alemanas y reducir así su dominio en Europa Occidental.
Poco a poco los alemanes comenzaron a perder el control y a emprender la retirada de la cabecera de la playa hacia Cherburgo, posteriormente a Caen y finalizó con la liberación de París dos meses después.
El número de bajas (oscilantes entre 100 mil y 200 mil), así como la pérdida de una posición tan estratégica en Europa como era la ocupación de Francia, significó un duro golpe que sería determinante para la derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial.
La Batalla de Berlín
Es conocida como la última gran batalla de la Segunda Guerra Mundial, pues su desenlace daría fin a los conflictos bélicos en Europa.
Como contraataque a la Operación Barba Roja, las tropas soviéticas tomarían asalto del territorio alemán el 16 de abril de 1945, exigiendo la captura de sus líderes políticos y la rendición del resto de sus tropas.
Ante la negativa, el ejército rojo se abriría paso rápidamente por las calles de Berlín hasta llegar al centro de la ciudad, donde se llevarían a cabo combates directos con los soldados alemanes y fusilamientos a los refugiados en sus hogares.
Ante la muerte en serie de sus líderes políticos, las tropas alemanas tomarían el camino de la rendición y entregarían Berlín a la Unión Soviética el 2 de mayo de 1945.
El asesinato de Benito Mussolini
Siendo líder del partido fascista de Italia y uno de los aliados más poderosos de Hitler, cuando el mundo se enteró de que Mussolini había sido asesinado, también sabían las debilidades que surgirían en el franco nazi.
Al hacerse conocido el fracaso de la Operación Barba Roja y la derrota del ejército alemán, Mussolini intentó negociar con los rivales por un salvoconducto que asegurase su seguridad en Suiza.
Sin posibilidades de consolidar su objetivo y con las crecientes amenazas de la resistencia pidiendo su cabeza, Mussolini huye al norte con su amante y su hermano intentando hacerse pasar por cónsul español y eludir a las masas.
No obstante, Mussolini fue reconocido y arrestado con sus compañeros, condenados a muerte y siendo fusilados apenas fue recitada su sentencia, el 28 de abril de 1945.
El impacto para la Europa ocupada por Alemania surgió al difundirse la información de que el cuerpo de uno de sus líderes más representativos había sido colgado para su exhibición al pueblo en la plaza Loreto, siendo una advertencia para el resto de los líderes políticos.
El suicidio de Adolf Hitler
Si bien no significó oficialmente la derrota de la Alemania Nazi, sin duda alguna el suicidio de Hitler fue la demostración más precisa de que su doctrina xenófoba y racista había llegado a su final.
El 30 de abril de 1945, a los pocos días de hacerse público el asesinato de Mussolini y temiendo ser capturado por las tropas soviéticas, Hitler se daría un tiro en la cabeza junto con su esposa, escondidos en un búnker en Berlín.
En su testamento, Hitler nombraría al almirante como sucesor del movimiento nazi, el cual no prosperaría y vería por sí mismo el final de la Segunda Guerra Mundial.
Muchos rumores circulan en la actualidad con respecto a la veracidad del suicidio de Hitler, existiendo una teoría donde se expone que logró su escape hacia Buenos Aires, Argentina.
Sin embargo —y además de improbable—, estudios realizados al cadáver de Hitler aseguran que su suicidio realmente tuvo lugar, siendo este el único final para el líder alemán.
El gobierno fallido de transición
Tras el suicidio de Hitler, quien quedaría al mando como Jefe de Estado para tomar las decisiones del movimiento nazi sería el exalmirante Karl Dönitz.
Su primera decisión, para abordar la crítica situación en la que se encontraba, fue constituir un gobierno provisional en la región de Flensburgo, todavía no ocupada por el control soviético.
No obstante, el fracaso de este intento por salvar el movimiento nazi fue rotundo y los capturaron a las dos semanas de haberse instaurado, el 23 de mayo de 1945, y se disolvió prácticamente de forma inmediata.
La autenticidad del gobierno de Flensburgo es ignorada por gran parte de los historiadores, pues si bien los vencedores no reconocían las decisiones tomadas por su líder Hitler, mucho menos las que fueron tomadas por Karl Dönitz.
El bombardeo a Hiroshima y Nagasaki
Una vez que Alemania quedó fuera de combate, solo quedaba un rival en pie en contra de la unión angloamericana y soviética: los japoneses.
Los americanos hicieron público, en una reunión con los líderes de los 3 países a cargo de liderar la lucha antifascista (Inglaterra, Estados Unidos y la URSS), que habían desarrollado un arma capaz de acabar la guerra en un solo día: la bomba atómica.
Los soviéticos, específicamente su líder Stalin, desafiaron al presidente Truman: si lo que decía era cierto, que disparase contra Japón y acabase con la guerra; acto que ocurriría a los pocos días, el 6 de agosto de 1945.
El primer disparo, realizado con la bomba bautizada Little Boy, tuvo como objetivo Hiroshima, dejando un saldo inmediato de 70 mil personas muertas y otras 100 mil heridas.
El segundo disparo, llevado a cabo a los 3 días posteriores con la bomba nombrada Fat Man, tomaría la vida de más de 100 mil personas con unas 120 mil heridas en Nagasaki.
La devastación en Japón conmocionó al mundo entero, dejando daños que se creían irreparables y un nivel de contaminación nunca antes visto.
Para el 15 de agosto del mismo año, ante la amenaza de un nuevo ataque de la aviación americana, el emperador Hirohito declararía oficialmente la rendición de Japón ante sus enemigos, poniendo fin al último conflicto de la Segunda Guerra Mundial.
Hoy en día se cuestiona mucho la decisión tomada de bombardear Japón, debido al saldo de muertes de inocentes que dejaría y los daños colaterales que sufriría Hiroshima y Nagasaki en años posteriores.
Bajo el contexto de la Segunda Guerra Mundial, muchos historiadores opinan que hubiese sido negligente prolongar una guerra tan devastadora cuando se estaba en posesión de un arma que marcaría su fin.
Liberación de refugiados y prisioneros en campos de concentración
Con la rendición de todas las partes involucradas en el nazismo, solo quedaba un asunto de extrema importancia por definir: ¿qué hacer con la inmensa cantidad de prisioneros y refugiados hostigados por los alemanes?
Si bien es cierto que en su mayoría estaban conformados por judíos prisioneros en campos de concentración (siendo en total más de 10 millones), también estaban los eslavos, gitanos, homosexuales y otras minorías afectadas.
A lo largo del año de 1945, miles de refugiados acudieron a Yugoslavia y la Unión Soviética para encontrar refugio y rehacer sus vidas sin tener que salir de Europa. También en menor medida lo hicieron en Suecia y Finlandia.
Otros inmigrantes de todo el continente, quienes veían imposible reconstruir sus vidas en Europa, se trasladaron en barcos hasta los Estados Unidos, contagiados por las inmensas posibilidades que ofrecía el sueño americano.
Sin embargo, la solución más representativa para el principal grupo de refugiados surgió al destinar un territorio únicamente para el pueblo judío, con lo que se consolidó el estado israelí el 14 de mayo de 1948.
Este fue otorgado por Inglaterra y los Estados Unidos, a partir de un territorio ocupado en Palestina, lo cual trajo una migración en masa de judíos (en todo el mundo) a lo que se transformó en la tierra prometida.
Aunque esto traería posteriores conflictos a Israel con los países vecinos, cerraría el ciclo de la Segunda Guerra Mundial y abriría paso a reparticiones y nuevos tratados de paz.
A partir de esta serie de eventos, se declararía victoriosa la alianza angloamericana y soviética, trayendo un período de crecimiento económico y político a sus respectivos territorios.
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