La historia que rodea a México y al territorio de Texas guarda relación con una disputa de modelos políticos como la democracia, el sistema federal y el sistema central. Los antecedentes que llevaron a Texas a su independencia parten de este punto.
La lucha entre la ideología conservadora y la liberal, la falta de una estructura política sólida y los desacuerdos existentes en diversas reformas llevaron al gobierno a tomar acciones que disolverían el sistema federal existente desde 1824.
Con la adopción de un sistema de gobierno centralista, los conflictos con Texas se agravaron hasta llegar a la guerra con México. Estos fueron los dos motivos principales:
La Constitución Centralista de las Siete Leyes
A partir del 30 de diciembre de 1936 entraron en vigencia las bases constitucionales del nuevo gobierno centralista, las cuales estaban conformadas por siete (7) leyes que dictaban lo siguiente:
- Es un deber de los ciudadanos y profesionales del país el profesar y practicar la religión católica.
- Se inaugura el establecimiento de lo que será conocido como el Supremo Poder Conservador, el cual estará constituido por cinco miembros que podrán inhabilitar los distintos poderes de la república (legislativo, ejecutivo o judicial).
- El congreso de la república estará constituido por senadores y diputados, quienes ahora podrán elegir el gabinete gubernamental.
- El Poder Ejecutivo (conformado por la suprema corte, el senado y la junta ministerial, en sus respectivos cargos) será escogido por los diferentes diputados del congreso.
- A partir del procedimiento anterior, se puede escoger los miembros de la Suprema Corte de Justicia.
- Los estados federados serán sustituidos por departamentos, cuyos gobernantes los escogerá el presidente.
- Esta nueva constitución es irrevocable, al menos durante un periodo de seis (6) años, donde posteriormente el congreso tendrá la capacidad de realizar las reformas que considere pertinentes.
Con la consolidación de este nuevo sistema de gobierno, el dominio de Texas –junto con otros estados– pasaba a ser completamente controlado desde la capital.
Esto suponía una desventaja para Texas debido a su posición geográfica, tamaño y a los recursos allí producidos que, por cierto, eran parcialmente desaprovechados.
La Colonización de Texas y sus Dificultades
Luego de la caída del gobierno federal, los principales afectados en Texas eran los angloparlantes (británicos y estadounidenses), puesto que el nuevo gobierno centralista no reconocía los antiguos acuerdos pactados.
Para comprender mejor el descontento existente por el irrespeto de dichos acuerdos, es necesario repasar algunos antecedentes:
Uno de los principales tratados data de 1819, donde el estadounidense Moses Austin acuerda un permiso que llevaría a algunos colonos afectados por la crisis económica de Estados Unidos a ese nuevo territorio.
Estos acuerdos fueron pactados entre la corona española y su hijo, Stephen Austin, ya que para ese entonces México todavía no había sido independizado.
Luego de la victoria de México en la guerra de independencia, el gobierno federal aceptó mantener el acuerdo, aunque eso suponía una llegada prácticamente en masas de extranjeros al territorio.
Para mantener los acuerdos, los habitantes de dicha provincia aceptaban las siguientes condiciones:
- Conversión a la religión católica
- Adopción de la nacionalidad mexicana
- Bautizo del nombre actual con su homólogo en español
A cambio de dichas modificaciones, cada habitante recibía 16/km2 de terreno que podría utilizar a total disposición.
Sin embargo y durante el proceso de cambio del gobierno federal al centralista, la llegada de colonos a Texas superó todo lo previsto, por lo que el gobierno tomó la decisión de prohibir la llegada de nuevos inmigrantes, al igual que la formación nuevas colonias.
Sumado a esto, se aumentaron los valores de los impuestos a dichos pobladores y se prohibió la práctica de ciertas costumbres propias de sus antiguas tierras (como la esclavitud o la libertad de culto).
Intentando solucionar esta situación, Estados Unidos envió dos ofertas (de un millón y cinco millones de dólares, respectivamente) con la intención de adicionar a Texas a su territorio.
Aunque esta era una solución viable para la incomodidad que vivían los habitantes de Texas, en ambas ocasiones la oferta fue rechazada por el gobierno centralista de México.
Toda esta mezcla de limitaciones y obstáculos que ponía el gobierno a los habitantes de Texas fue alimentando el descontento que, al poco tiempo, terminó por estallar.
Inicio de los Conflictos entre México y Texas
En 1935 ya empezaban a manifestarse las primeras rebeliones en contra del gobierno centralista, específicamente en el estado de Zacatecas, dejando un alto número de civiles reprimidos y brutalmente masacrados.
A partir de esta primera rebelión, se originaron distintos levantamientos en hilo a lo largo del país, lo que trajo como consecuencia el encarcelamiento de Stephen Austin (quien había pactado con la corona española los acuerdos para el territorio de Texas) por acusaciones de haber iniciado uno de ellos.
Esta fue la gota que derramó el vaso, pues si bien Austin fue liberado por ausencia de pruebas en su contra, un colono texano fue asesinado sin motivo alguno por un soldado mexicano.
Por tanto, los líderes de la provincia texana decidieron tomar las armas y levantarse en contra del presidente de México, Antonio López de Santa Anna, para de esta forma luchar por su independencia como territorio.
Guerra de Independencia de Texas
Se inició oficialmente el 2 de octubre de 1835, cuando los texanos contaban con un ejército inferior al de los mexicanos. A pesar de ganar muy pocas batallas, fueron sus victorias lo suficientemente decisivas para proclamar su independencia.
La rebelión texana era dirigida por el general Samuel Houston, mientras que el batallón mexicano era directamente liderado por el presidente Santa Anna.
Santa Anna golpeó primero con la Batalla de González y aprovechó el bajo número de soldados dispuestos en tropas dentro del territorio de Goliad y Alamo, proclamándose vencedor en ambos escenarios.
Sin embargo, el general Houston se apoderó de locaciones importantes como San Antonio y Bahía del Espíritu Santo, además de que venció directamente a Santa Anna en San Jacinto y lo tomó como prisionero de guerra.
Una vez tras las rejas, Santa Anna fue obligado a firmar un tratado de rendición (conocido hoy en día como el Tratado de Velasco), en la cual intercambiaría su liberación por la independencia de Texas.
Esto daría conclusión a la guerra el 21 de abril de 1836, donde finalmente Texas sería reconocido como un territorio independiente.
Casi 10 años más tarde, Texas sería adicionada al territorio de los Estados Unidos, saldando los acuerdos necesarios con México durante 1846 y 1848.
Este acuerdo todavía se respeta en la actualidad, ya que comprendemos Texas como uno de los 50 estados que conforman a los Estados Unidos.
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