Siempre hemos reflexionado sobre “quiénes somos” y “qué hacemos en la vida”, y generalmente nos quedamos sin respuesta.
Esto ha motivado a cientos de estudiosos, científicos y religiosos a formular las más diversas hipótesis con respecto al origen de la vida y de nosotros como especie.
Muchas teorías son descabelladas; otras, reconocidas, aceptadas o discutidas por millones, pero todas comparten un mismo propósito: darle sentido a nuestra existencia.
A continuación te presentaré las siete teorías sobre la vida que han catalogadas como las más representativas de la actualidad.
1. Teoría de la Panspermia
Planteada por el biólogo alemán Hermann Ritcher en 1865 y popularizada por el sueco Svante Arrhenius en 1903, plantea que el origen de la vida no inició directamente en la Tierra, sino que provino del espacio exterior.
La Teoría de la Panspermia propone que, en algún punto durante el nacimiento del Universo, múltiples formas de vida microscópicas se desplazaron en meteoritos y poblaron distintos planetas, entre ellos la Tierra.
A diferencia de la Tierra, el resto de los planetas no contaba con las condiciones mínimas necesarias para que continuase el desarrollo de la vida, por lo que en su mayoría (si bien no aclara si en todos los casos) esta no proliferó.
Existen dos versiones de la Teoría de la Panspermia en cuanto al origen de estos microorganismos contenidos en los meteoritos que surcaron el espacio. A continuación te presento estas dos versiones:
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Panspermia Molecular
Describe que dichas formas de vida eran simplemente formas moleculares complejas, carentes de vida hasta alcanzar las condiciones necesarias para evolucionar.
La crítica a esta postura es que no explica de forma satisfactoria cómo se generaron los desplazamientos de materia previos al origen de la vida. No obstante, es la versión más objetiva con respecto a la Panspermia.
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Panspermia Dirigida
Plantea una postura un tanto más polémica. Cree que dichas moléculas de vida fueron implantadas a propósito en los cometas como una forma sembrar vida en todo el Universo.
Los responsables en llevar a cabo esta tarea serían mentes superiores desconocidas, similares en descripción a las figuras celestiales. Este planteamiento teórico es compatible con las creencias religiosas de muchas personas.
La Teoría de la Panspermia tiene una validez que se fundamenta en las bacterias más primitivas, cuyas características les permiten resistir ambientes adversos sin presentar daños letales.
Este argumento es uno de los pilares fundamentales con los que en la actualidad esta teoría es defendida.
2. Teoría de la Generación Espontánea
Posiblemente una de las teorías del origen de la vida más antiguas de la civilización moderna. Se remonta al filósofo griego Aristóteles, entre el 384 y 322 a.C.
El punto central de esta teoría es que la vida surge de la materia inerte, en donde (dependiendo del tipo de material) puede variar el producto resultante.
La Generación Espontánea señalaba que mientras los ratones surgían del papel periódico, las moscas surgían del estiércol, los sapos de los charcos de lodo, los patos de la fruta podrida y así sucesivamente.
El pilar fundamental de esta teoría es que la naturaleza se renueva constantemente a sí misma, y cuando un elemento perece, se renueva de una forma diferente. En este sentido, las hojas caídas de los arboles darían vida a gusanos.
La Generación Espontánea pasó a ser una de las teorías incuestionables de la ciencia, por lo que en el siglo XIV dudar de que los escarabajos provinieran del estiércol era atentar contra el juicio y la razón.
Se realizaron experimentos que confirmaban esta teoría, como el realizado por Van Helmont, en el que colocando ropa sudada en un pilar de trigo, se generarían un grupo de ratones.
Durante todo este tiempo, nadie parecía notar la confusión entre generación y atracción que ocurría en esta teoría. Que el trigo atrajese a los ratones no significaba que hubiesen sido generados de la ropa sudada.
No fue sino hasta el siglo XVII que comenzó a nacer una oleada de oposición contra la Generación Espontánea, la cual originó el controversial experimento que dio fin a dicha teoría: el experimento de las moscas de Redi en el año 1665.
Este experimento buscaba refutar la premisa de que las moscas surgían de la carne putrefacta, por lo que se prepararon dos frascos con carne podrida en su interior, pero mientras que una de ellas estaba destapada, la otra fue recubierta por una tela.
De dicho experimento podían resultar dos interpretaciones, que las moscas verdaderamente surgían por generación espontánea, o que las moscas eran atraídas por la carne y, dejando sus huevos en ella, generaban otras nuevas.
En efecto, luego de varios días, la carne putrefacta destapada contenía ya numerosas larvas, mientras que el frasco tapado permanecía intacto.
Finalmente, con la llegada de los caldos calentados de Louis Pasteur, se comprobó a niveles microscópicos que si se mantenía una sustancia en un ambiente estéril (de las bacterias en el aire), no se generaría vida alguna.
De esta forma, para 1861, la Teoría de la Generación Espontánea quedaría descartada del todo.
3. Teoría de la Evolución Química
También llamada Abiogénesis Primaria, fue planteada por el químico ruso Alexander Oparin en los años 20, y propone que la vida en la Tierra es producto de una serie de procesos químicos que empezaron hace más de 3000 años.
Surge como una contrapropuesta a la Teoría de la Generación Espontánea. Si bien actualmente las condiciones no están dadas para que la vida surja de la nada, durante la creación de la Tierra esto era diferente.
A partir de cambios atmosféricos, de presión y de materia, se dio origen a la primera célula primitiva, que fue multiplicándose progresivamente para dar origen a las demás.
Simultáneamente a esto, Oparin, un científico británico llamado Haldane, llegó a la misma conclusión.
Ambos científicos plantearon que, durante el origen de la Tierra, primero se crearon las moléculas que sustentaron las formas más básicas de vida, seguidas por cadenas de aminoácidos y posteriormente otros polímeros complejos.
Una vez hecho esto, las moléculas lograron unificarse para distinguirse del ambiente en el que se desarrollaban (hacen referencia a lo que ocurre con una burbuja), formando las primeras formas de paredes celulares y luego un organismo vivo.
Las obras relacionadas con la Teoría de la Evolución Química fueron publicadas a lo largo del siglo XX, y si bien teorías posteriores logran explicar el mismo punto de forma más precisa, en la actualidad se le considera una teoría válida sobre el origen de la vida.
4. Teoría del Caldo Primario
Desarrollada por los científicos Miller y Urey, surge como la pieza faltante de la Teoría de la Abiogénesis Primaria de Oparin y Haldane, en donde se pretenden explicar las condiciones en las que se originó la vida en la Tierra.
Para ello, realizaron experimentos en los que generaban una atmósfera rica en hidrógeno (partiendo de que el ambiente terrestre hace millones de años presentaba ausencia de oxigeno), volcada sobre un medio líquido.
Dadas las características que presenta el medio acuoso por encima del terrestre, la Teoría del Caldo Primario plantea que la vida se originó de un único y enorme océano, el cual se encontraba en temperaturas increíblemente altas.
Para recrear dicho océano, Miller y Urey sometían el ambiente desarrollado en su experimento a constantes descargas eléctricas, de manera que el líquido se encontrase siempre a una temperatura superior a los 100ºC.
Después del experimento, los científicos se dieron cuenta de que el 15 % del gas metano se había transformado en compuestos sencillos de carbono, que luego se combinaron para formar moléculas más complejas como el ácido fórmico y algunos tipos de aminoácidos.
Luego de alcanzar el desarrollo de aminoácidos, se consideró que el experimento había sido un rotundo éxito, puesto que son un compuesto fundamental para la formación de proteínas y, por consiguiente, formas de vida.
Años de estudios posteriores corroboraron que varios elementos, presentes durante el experimento de Miller y Urey, no coincidían con la atmósfera presente durante el Caldo Primario, por lo que el experimento perdió validez.
Lo que sí logró demostrar el experimento, es que en condiciones específicas se pueden generar moléculas esenciales para el desarrollo de la vida, a partir de materia inorgánica.
5. Teoría de la Evolución
Posiblemente una de las teorías más difundidas y aceptadas por toda la comunidad científica, planteada por Charles Darwin en 1859, para explicar el origen de la vida.
Fue publicada en su revolucionario libro El Origen de las Especies, y planteó por primera vez que el ser humano no es forma orgánica pasiva, sino es el producto de miles de millones de años de evolución, que continuará por miles de años más.
Cuando menciona el concepto de evolución, hace referencia a los ligeros cambios que se producen en los organismos vivos para adaptarse a las adversidades del ambiente.
En este sentido, quienes logran adaptarse, evolucionan y quienes no, perecen, siendo este proceso denominado selección natural.
Estos pequeños rasgos que adquieren los organismos vivos son heredables a las nuevas generaciones, permitiendo que el proceso de adaptación al medio continúe y la especie sobreviva.
Darwin concibe la existencia de un ancestro en común para todas las especies de la Tierra, cuyo proceso de evolución en distintos ambientes ocasionó que su línea se dividiera y se generaran las diversas formas de vida que hoy conocemos.
A pesar de la variedad de pruebas que ratifican el concepto de evolución, todavía no se ha descubierto ese ancestro en común que describía Darwin; esta es la principal crítica a su teoría.
A pesar de esto, la Teoría de la Evolución continúa siendo una de las explicaciones más aceptadas con respecto al origen de la vida en la Tierra.
6. Teoría de la Creación Consecutiva
Posiblemente una de las teorías más controversiales con respecto al origen de la vida en la Tierra, la cual fue propuesta por el paleontólogo Georges Cuvier a finales del siglo XVIII.
Se basa en la idea del catastrofismo y el estudio de los eventos que han marcado un fin en las civilizaciones u formas de vida en la Tierra, comprendiendo que la naturaleza de los mismos es considerada como violenta y efímera.
La Teoría de la Creación Consecutiva entiende el final como el principio de la vida, en donde le extinción de las especies marca la sustitución de las mismas por otras nuevas.
Posee ideas similares a las que planteaba Darwin en cuanto a la selección natural, pues aquellas especies sobrevivientes a las catástrofes serían aquellas que dominarían la Tierra destruida.
Cuvier extiende la Teoría de la Creación Consecutiva no solo a la Tierra, también al resto del Universo, por lo que se explicarían ciertos fenómenos astrológicos que transforman estados de la materia para crear otros nuevos.
Desde esta perspectiva, la raza humana está a la espera de una catástrofe de magnitud mundial para continuar el proceso evolutivo y dar paso al origen de una forma de vida más avanzada.
El problema de la Teoría de Creación Consecutiva es el mismo que el de muchas otras, que no precisa de manera clara cuál fue el primer paso que dio origen a la vida (en este caso, cuál fue la catástrofe primigenia).
7. Teoría del Creacionismo
Posee el argumento más difundido en la historia de la humanidad y que todavía se coloca entre las principales teorías. Esta teoría explican que el origen de la vida es producto de la creación de Dios.
El creacionismo rechaza la teoría científica de la evolución darwiniana, y se fundamenta en los escritos de las religiones abrahamicas (cristianismo, judaísmo e islam) encontrados en el Génesis, que narran la creación de todo el Universo.
En ellas se relata cómo Dios utilizó siete días para crear toda la vida como la conocemos. La creación del hombre se dio en sí en el sexto día.
Según el Génesis, Dios creó al hombre del polvo y a la mujer de la costilla del hombre, situándolos en el Jardín del Edén, del cual serían posteriormente desterrados por comer del fruto prohibido.
Uno de los fundamentos en el que se basa el creacionismo para argumentar sus postulados, además de la relevancia y devoción religiosa, está en el principio de diseño inteligente que vemos en la naturaleza.
En él se cuestiona que la evolución por sí sola plantea un caos de posibilidades que pudieran no ser adaptativas para el organismo en su entorno pero que al llevarlo a la realidad persiste la posibilidad adecuada, siendo improbable que esto ocurra sin intervención divina.
Ni el diseño inteligente ni el resto de los fundamentos de la teoría del creacionismo cumple con las bases del método científico (entre ellos, que puedan ser replicables en todos los contextos), y parten desde la fe por los escritos sagrados.
Esto ha ocasionado grandes conflictos a lo largo de toda la historia entre los defensores de la Teoría de la Evolución y los del creacionismo, que aún persisten.
La mayor parte de las teorías descritas anteriormente poseen puntos a favor y en contra, por lo que ninguna puede ser tomada como completamente errada o cierta y dependen del criterio y experiencia de cada quien para elegir cuál creen correcta o acertada.
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