10 cosas que probablemente no conocías de la edad media

Definitivamente la Edad Media es uno de los períodos de la historia que han inspirado leyendas de caballeros de brillante armadura, brujas y castillos fortificados.

Los 10 siglos que duró fueron escenario de la firma de la Carta Magna, la Peste Negra y la terrible Guerra de los 100 años. A continuación, te enumero 10 hechos que seguramente no sabías de este época histórica.

1. Había más que Siervos, Caballeros y Clérigos

El orden de la Edad Media generalmente es descrito con tres divisiones:

  • Los que oraron: los clérigos
  • Los que lucharon y defendieron: los nobles
  • Los que trabajaron: los siervos

Aunque en la temprana Edad Media esta visión no estaba errada, empezó a evolucionar a partir del 1100.

Esto se debió al auge agrícola que se vivió durante los siglos XII y XIII.

El abasto de comida propició el crecimiento de la población y el exceso de mano de obra en el campo. Las ciudades y poblados crecieron descomunalmente; por ejemplo, París duplicó su tamaño diez veces, al igual que Londres.

Aparecieron grupos de comerciantes y artesanos. La gente tenía todo tipo de empleos: panaderos, vendedores, pintores, carpinteros, arquitectos, carniceros, tejedores, etc. Algunos prosperaron para dar paso a una nueva clase social: los burgueses.

El número de siervos forzados, que tenían un contrato de servilismo que los ataba a la tierra de su señor, decreció y muchos fueron capaces de adquirir y trabajar sus propias parcelas y de conseguir y vender bienes al igual que los demás.

No debemos confundirnos, ya que ciertamente había una gran cantidad de siervos que no contaban con estas prerrogativas.

2. Había Derecho al Voto

Aunque este privilegio no era concedido a todos y no era como lo que nosotros conocemos, sí era una especie de voto de política local.

Por ejemplo, en Francia, entre los siglos XII y XIII, muchas ciudades se administraban a través de una comuna a nivel local, donde se realizaban comicios para nombrar a cónsules.

Aunque las mujeres no tenían derecho al voto y tampoco una importante parte de los varones.

En el norte de Italia se llevaron a cabo sufragios más complicados, ya que implicaban la elección de un número más nutrido de funcionarios.

Las mujeres no podían votar ni presentarse como funcionarias, pero sí eran tomadas en cuenta; varias de ellas son mencionadas en las cartas de libertades.

3. La Iglesia no fue Responsable de la Caza de Brujas

Una confusión en las fechas coloca en la Edad Media la cacería de brujas.

Aunque durante los 10 siglos que duró se llevaron a cabo contados juicios por brujería, sobre todo en la tierra que hoy conocemos como Alemania, las autoridades que lo ejecutaban eran cívicas no eclesiásticas.

La caza de brujas realmente tuvo lugar durante el período moderno temprano que aconteció en los siglos XVI y XVII.

El mensaje que se esparció en el Medievo fue que la brujería era algo absurdo y el odio hacia las hechiceras no prosperó hasta el inicio del Renacimiento en el siglo XV.

Todo empezó con un libro llamado Malleus Maleficarum, escrito por Enrique Kramer, donde trataba de persuadir al público de la perversidad de las brujas. Lo cierto es que en sus inicios, la Iglesia lo desechó y reprobó.

Incluso en el siglo XVI, se les advirtió a los inquisidores que no prestaran atención en el contenido del libro debido a que ya contaba con cierta popularidad.

4. También Utilizaban Algo de Ciencia

La gente relaciona al Renacimiento como la salida de una edad oscura donde no se permitía ningún tipo de ciencia, arte o aprendizaje que no estuviera relacionado con la religión.

La verdad es que, en los mil años que duró el Medievo, existió un avance en el conocimiento que permitió que el Renacimiento surgiera. Muchas de las teorías o descubrimientos medievales son el eslabón de hipótesis más modernas.

Podríamos decir que los intelectuales medievales pasaron por una especie de renacimiento en el aprendizaje clásico y en la retórica. Principalmente en el siglo XII, las obras de Aristóteles y otros eruditos, entre ellos filósofos y traductores árabes, tomaron gran auge.

El resultado de este apogeo fue el impulso de un enfoque de investigación y reflexión que condujeron a pensadores como Roger Bacon (1214-1294), filósofo de la orden de los franciscanos, a estudiar al mundo, a observar y a experimentar para aprender más de él.

5. Viajaban Largas Distancias

La mayoría de las personas en la Edad Media nunca salían del lugar donde nacieron, especialmente si eran siervos o vivían en el campo. Sin embargo, esta cualidad no es exclusiva del Medievo.

Aun así es erróneo pensar que la gente no viajó. Las peregrinaciones eran frecuentes y muchas veces recorrían miles de kilómetros para llegar a sus objetivos. También los comerciantes viajaban largas distancias y por largos períodos uniendo al mundo.

Por ejemplo, Marco Polo (1254-1324) fue un mercader veneciano conocido por ser, junto con su padre y tío, uno de los primeros exploradores de Europa en viajar a China por la Ruta de la Seda.

Comenzó sus viajes a los 17 y terminó aproximadamente 25 años después.

Trayectos como este, o algunos no tan extraordinarios, unieron al mundo a través de mercancías nunca antes vistas en Europa.

Incluso a principios de la Edad Media ya se transportaban todo tipo de productos a Europa desde distintas partes del mundo.

Los más populares eran la seda de China, las especias de Asia y el ámbar y las pieles que provenían del Báltico (que podían tardar más de un año en llegar).

Claro que todas estas rarezas no eran para todos, fueron exclusivas para las clases nobles.

Las expediciones eran tan peligrosas que muchos viajeros escribieron registros de ellos. Entre los más famosos se encuentran los de Marco Polo y Guillermo de Rubruck.

El primero narró la vida en la corte de Kublai Kan quinto y gran Kan (regidor) del Imperio mongol; Rubruck describió a detalle los tres años que duró su desplazamiento por Ucrania y Rusia.

6. La Importancia del Folclore

El cristianismo era la base de la vida durante el Medievo, por lo cual no es de extrañarse que modelara la cultura de la época.

Sin embargo, hubo costumbres regionales bastante curiosas, cuyas raíces eran más antiguas que la Iglesia no tuvo más que tolerar.

Por ejemplo, existió una práctica en Europa que consiste en encender barriles y aventarlos colina abajo para celebrar la víspera del día de San Juan.

Hubo otra que consistía en recaudar dinero para caridad por medio de una pinta de cerveza, que se tornaba en una borrachera más que una beneficencia.

También se les arrojaba trigo a los recién casados al salir de la iglesia, tradición que se lleva a cabo hoy con arroz.

Claro que hubo muchas tradiciones que obedecían más a la superstición, pero recaudar dinero en una fiesta y arrojar barriles por la colina no suenan tan sombrías como las que esperaríamos de esta época.

7. No Tenían que Casarse por la Iglesia

No siempre existió el matrimonio como un sacramento que administrara la Iglesia. A partir del siglo XII se empezó a visualizar de esta forma, es decir, se involucraba a Dios, lo que provocó un cambio en la vida como se le conocía.

Antes de este tiempo, las personas que querían que su matrimonio fuera solemne solían hacerlo a puertas de un panteón. Las parejas no requerían de una iglesia o algún sacerdote, tampoco ir a pláticas prematrimoniales o recurrir a amonestaciones.

Solamente tenían que decir ante testigos que deseaban estar casadas entre sí. Era imprescindible que hubiera consentimiento de ambas partes, pero no había nada extra.

8. Los Autores Medievales no Escribían

Cuando la gente se entera de esto piensa que este hecho se debía a que pocas personas sabían escribir. Pero la verdadera razón fue que existía un oficio que se consideraba bastante aburrido y que se dedicaba a escribir lo que otros deseaban: los escribas.

No se consideraba que este oficio necesitara de mucho ingenio y sí que era muy laborioso, así que teólogos e intelectuales contrataban escribas y no se molestaban de trazar letras ellos mismos dictando lo que deseaban quedara escrito.

9. No Todos Eran Devotos

Las pruebas de fanatismo religioso son evidentes en la Edad Media. Hay registrados una gran cantidad de místicos, santos, peregrinaciones masivas, había flagelantes, e incluso, se llevó a cabo la Guerra Santa.

Pero es un error suponer que el grueso de la población durante el Medievo era incapaz de alguna reflexión escéptica. No siempre las personas estuvieron centradas en la religión y en Dios.

Hay pruebas contundentes de que había gente que recelaba de cierto tipo de creencias populares, como los milagros realizados por tal o cual santo o la naturaleza mística de la eucaristía. La vida después de la muerte no era algo que creyeran todos.

Para algunos individuos el alma no era nada más que la sangre y al morir simplemente desaparecía. Otros no creían que un ser supremo había creado a las plantas y a los cultivos, sino solamente las propiedades esenciales donde podían trabajar.

Muchos no acudían los domingos a las iglesias o simplemente no se preocupaban por seguir los preceptos religiosos. Hay registros en España, durante el siglo XIV, donde un sacerdote se quejó con el obispo de que los fieles no asistían a la iglesia y se divertían en otra parte.

10. Para Ellos el Mundo no Era Plano

Esta es una creencia errónea que se ha popularizado al igual que los cuernos en los cascos vikingos. Ambos mitos surgieron en la época victoriana, lo mismo que el infame derecho de pernada, donde el señor feudal podía dormir con la recién casada la noche de boda.

No hay registro alguno de cualquiera de ellos fuera cierto y sí varios en contra. Todos estos hechos hacen que estudiar la Edad Media sea algo fascinante. Hay datos que desafían completamente los estereotipos que hemos heredado.

 

¡Ojalá que este artículo te haya sido de utilidad! Como siempre, espero poder seguir conversando al respecto en la zona de comentarios.

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