7 Valores Surgidos en el Renacimiento que Mantenemos en la Actualidad

Podríamos decir que en la historia de la humanidad hay un antes y un después a partir del desarrollo y establecimiento del Renacimiento en Europa.

El crecimiento en arte, literatura, ciencia y economía pueden ser los factores más resaltantes, pero no son los únicos. Existe un factor igualmente fundamental que cambió a partir del Renacimiento, nuestra forma de comprender la vida.

Como consecuencia del renovado interés de la intelectualidad clásica de los griegos y los romanos, se produjo la comprensión del humano como un ser multifacético, digno de analizar a través de distintos ángulos.

En este sentido, destacan los valores que te presentaré a continuación:

 

Antropocentrismo

Durante el período previo al Renacimiento, en la época de Las Cruzadas, reinaba un generalizado sentimiento de culpa derivado por el pecado original del hombre y promovido por la religión católica.

A partir de la venta de indulgencias y la autoridad que ya mostraba el clero, la religión impuso a Dios como el centro de interés de la humanidad (Teocentrismo), colocando al hombre en una posición en la que todas sus obras debían ser en función de venerarlo.

El Renacimiento, como movimiento cultural, trajo consigo un cambio radical en cuanto a la forma en el que el hombre vela por sus intereses, siendo la humanidad el eje del que giran sus vidas.

El antropocentrismo reconocía al hombre como el máximo autor responsable del destino que tome su vida, delegando a las deidades celestiales a un segundo plano.

 

Humanismo

A partir de esta nueva perspectiva de concebir la vida, surge una doctrina secundaria conocida por el nombre de humanismo.

Esta corriente comprendía a todos los hombres como iguales y, por tanto, esto los hacía merecedores de los mismos derechos, sin importar su estatus económico o social.

Postulaba que todos los hombres eran dotados con las capacidades necesarias para cumplir con las metas que se trazasen, rechazando el que deban encomendarse a un ser superior para conseguirlo.

Esta renovada confianza dio pie a que varios de los mayores logros de la humanidad (como el descubrimiento de América o las nuevas rutas transatlánticas) pudiesen ser consumados.

Cabe destacar que el humanismo no representó la negación en cuanto a la existencia de un Dios, sino a la disminución de su importancia con respecto a la vida del hombre.

 

Clasicismo

No debe ser confundido con el concepto de clasismo (malestar entre las distintas clases sociales), pues el clasicismo hace referencia a la apreciación del conocimiento clásico encontrado en los antiguos griegos y romanos.

Los tratados literarios de personajes emblemáticos como Aristóteles, Platón, Sócrates, Empédocles y muchos otros fueron estudiados y practicados casi 15 siglos después.

De hecho, un factor importante para ascender entre las clases sociales era el adecuado manejo de las ideas propuestas en sus distintos escritos.

Además, este modelo de interés intelectual sirvió de gran influencia para la creación de diversas obras literarias, pinturas e incluso esculturas.

 

Secularismo

Igualmente parte del antropocentrismo y plantea un modelo político y económico en el cual la religión no ocupe un papel protagónico.

Se le revocaba a la Iglesia el derecho de imponer condiciones en la vida pública, la cultura, el manejo de bienes e incluso la ideología individual mediante la cual las personas vivan su vida íntima.

No obstante, si bien el secularismo como ideología surge durante el Renacimiento, su aplicación completa todavía tardaría algunos siglos en consumarse.

De hecho, es a partir del secularismo que se concibe la idea de los países laicos de la actualidad, en los que las diferentes religiones practicadas en un territorio no obtienen beneficio alguno del Estado.

 

Individualismo

Este modelo plantea la importancia que tiene la comprensión propia de distintos sucesos que pueda tener una persona, así como las diferencias entre las comprensiones de una con otra.

El individualismo entiende la influencia que tiene la sociedad y la cultura en la persona aislada, pero destaca que los valores o creencias que esta decida integrar a su personalidad pueden ser variables.

Destaca el papel aislado de la ética por encima de la moral, al igual que el descubrimiento de la importancia que tiene el ser recordados como únicos (se empiezan a firmar las obras artísticas, se redactan autobiografías, etc.).

 

Escepticismo

Previo a la imprenta y a La Reforma de Lutero, el pueblo solo tenía acceso a los relatos bíblicos a partir de los sacerdotes y sus sermones, teniendo que creer ciegamente en sus interpretaciones de los hechos.

Gracias al humanismo y a la importancia que se le da al individuo, el hombre renacentista se da cuenta de que puede cuestionar las verdades absolutas con base en sus conocimientos, surgiendo así el escepticismo.

Al igual que otras corrientes renacentistas, el escepticismo parte de los postulados de los antiguos griegos y de la famosa mayéutica, la cual rechazaba las verdades universales y cuestionaba los sofismos como medio para generar nuevos conocimientos.

Esta corriente de pensamiento duda acerca de todo aquello que no sea medible o cuantificable, siendo la piedra angular para la ciencia y el posterior desarrollo del racionalismo y el método científico.

 

Hedonismo

El hombre es el centro de los intereses del pensamiento renacentista, esto incluye la satisfacción de los placeres con ausencia de culpa.

El hedonismo es una doctrina que parte de la antigua escuela de pensamiento griego, la cual comprende que ciertos bienes materiales y la satisfacción de los deseos carnales juegan un rol fundamental para la felicidad del hombre.

Esta corriente de pensamiento supone un cambio radical al sentimiento de resignación y vergüenza propia que predicaba la Iglesia, sin el cual el hombre podía acceder al reino de los cielos.

Todavía en la actualidad, el hedonismo es tan criticado como practicado en los diferentes modelos políticos de occidente (de la cual deriva la cultura del consumo).

 

Mecenazgo

Partiendo del humanismo y sus diversos intereses sociales, el mecenazgo promulga la ayuda económica a quienes quieran llevar a cabo proyectos concisos.

Esto era bastante común durante el Renacimiento entre artistas y mercaderes, lo cual se vio reflejado en un crecimiento económico y desarrollo de las diferentes expresiones artísticas que conocemos en la actualidad.

Dichas ayudas económicas eran provistas por parte de las familias pertenecientes a la nobleza, así como otros inversionistas burgueses.

El mecenazgo fue un factor clave para el período de prosperidad económica que se vivió entonces, y además fue la introducción al concepto de préstamos que posteriormente adaptarían las entidades bancarias.

La mayoría de los valores aquí descritos continuaron una constante evolución, hasta convertirse en perspectivas más elaboradas que muchas personas en la actualidad comparten.

¿Conocías ya alguna de estas corrientes filosóficas? ¡Comparte tu opinión con el resto en los comentarios!

 

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