Top 10 Obras Literarias Del Renacimiento Que Tienes Que Leer

El Renacimiento fue esa época del despertar de la conciencia del hombre y se ubicó entre los siglos XVI y XVII. Este renacer del pensamiento inició en Italia y se extendió por toda Europa.

Como una era que marca el fin de la Edad Media, el Renacimiento se posiciona como el estadio histórico donde el hombre toma conciencia de sí mismo y de su papel en la sociedad, más allá de los preceptos impuestos por la iglesia.

En esta onda de rebelión del pensamiento se gestaron grandes obras literarias que rompieron con los esquemas religiosos predominantes de la literatura medieval.

Ya no se escribe en un tono moralizante o con moralejas, sino que se hace para entretener o deleitar a los lectores.

En el Renacimiento, el autor más destacado fue el poeta y dramaturgo inglés William Shakespeare, quien se lució con grandes obras dramáticas como Romeo y Julieta y Hamlet.

Veamos a continuación las diez obras literarias más importantes que fueron producidas en la época renacentista.

1. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha (Miguel de Cervantes Saavedra)

Esta novela consta de dos partes: la primera se publicó en 1606 y, la segunda, en 1615.

En esta obra se cuentan las aventuras que vive Alonso Quijano (quien se creía un caballero) junto con su fiel acompañante Sancho Panza. El personaje principal enloquece al leer muchos libros de caballería.

2. Romeo y Julieta (William Shakespeare)

Una de las más famosas obras dramáticas de la literatura inglesa y fue publicada en 1597.

Se cuenta la trágica historia de dos jóvenes enamorados cuyas familias están enemistadas por una rivalidad absurda que los conduce a preferir el suicidio antes que vivir separados.

3. Hamlet (William Shakespeare)

Otra tragedia magnífica producida por el escritor inglés William Shakesperare y publicada en 1605.

La obra se basa en la historia de Hamlet, príncipe de Dinamarca, quien emprende una venganza por la muerte de su padre a manos de su tío Claudio.

4. El Príncipe (Nicolás Maquiavelo)

Escrita en 1513 y publicada en 1531, es una obra basada en tratados sobre política y cómo deben gobernarse los pueblos.

Es un texto de carácter histórico e influenciado por las circunstancias de la época y de la vida misma de Nicolás Maquiavelo. Se plantean cuestiones como los gobiernos ideales y de la forma en que los príncipes deben actuar para fortalecer su poder.

Una frase famosa de este libro que ha trascendido por los siglos de los siglos es: “El fin justifica los medios”.

5. El Decamerón (Giovanni Boccaccio)

El Decamerón se escribió entre 1351 y 1353. Es una obra constituida por cien cuentos y entre ellos dos relatos que fueron catalogados como novelas cortas.

Las temáticas que se desarrollan son el amor, la fortuna y la inteligencia del ser humano, entremezcladas con lecciones de vida. También se incluyen pasajes eróticos y el infaltable toque de picardía característico de la época.

6. Los ensayos completos (Michel de Montaigne)

Fueron publicados entre 1580 y 1588 en Francia. Los textos son una compilación de reflexiones sobre cuestiones que tienen que ver con la condición humana. Son una especie de reflexión sobre sí mismo y el autoconocimiento.

Gracias a esta gran obra de Montaigne, se introduce el término essais (ensayo) en el ámbito de la literatura como un nuevo género que irrumpe con los cánones tradicionales de los ya conocidos.

7. Utopía (Tomás Moro)

Se publica en latín, en 1516. Es una obra que entremezcla lo político con lo ficcional. Se basa en la historia de una sociedad que no existe y que habita en una isla: sus habitantes profesan valores y preceptos ideales.

8. Sueño de una noche de verano (William Shakespeare)

Una obra más del gran escritor inglés que fue escrita en 1595 aproximadamente. Es una comedia que plantea los sucesos en torno al matrimonio de Teseo e Hipólita.

También se plantea un triángulo amoroso que se resuelve por la intervención de las hadas del bosque que hacen creer que los extraños sucesos de la noche fueron producto de un sueño.

9. La Divina Comedia (Dante Alighieri)

No se tiene una fecha exacta de su publicación. Es un poema con matices narrativos en el que se relata el viaje que Dante realiza para reencontrarse con su amada. En este transitar, debe surcar el Infierno y el Purgatorio para finalmente llegar al Paraíso.

En esta obra se reflexiona sobre la existencia humana y el camino de sufrimiento que debe recorrer el hombre para poder acercarse a la divinidad.

10. Doctor Faustus (Christopher Marlowe)

En el año 1604 se publica esta magnífica obra. Es una historia trágica en la que el personaje principal, el Doctor Fausto, en búsqueda de más conocimiento y poder, vende su alma al diablo.

La importancia de la Cadena de los Seres

El Renacimiento fue una época fructífera en el ámbito del conocimiento y la filosofía. Es en este período (junto con el clásico) que se le da forma a un concepto existencial: la cadena de los seres.

La cadena de los seres partía del supuesto de que todo lo que existe en el universo tenía un “lugar” que se ubicaba en un orden jerárquico planeado por la divinidad; este se figuraba como una extendida cadena vertical.

Ese “lugar” que ocupaba cada objeto dependía de su espíritu y su materia. Es decir, mientras más materia tuviese el objeto, más abajo se hallaba.

Así, por ejemplo, en la parte inferior de la cadena se ubicaban variados objetos sin vida, como los metales, piedras y los cuatro elementos de la naturaleza: tierra, fuego, aire y agua.

Un poco más arriba de los anteriores se encontraban los pertenecientes a la clase vegetal: flores y árboles. Luego le seguían, en orden ascendente, los animales, los seres humanos y los ángeles. En la cúspide de la cadena estaba Dios.

Aparte del orden universal del que gozaban estos elementos, se creía también que existía una interdependencia entre ellos. O sea, existía una correspondencia entre los distintos segmentos que conformaban la cadena, en la que se reflejaban unos en otros.

En este sentido, los pensadores del Renacimiento consideraban al ser humano como un microcosmos que era el espejo de la estructura del mundo en su totalidad: el macrocosmos.

Una correlación básica era que el mundo se componía de cuatro elementos y el cuerpo humano también se constituía de cuatro sustancias (los humores), con características similares a aquellos cuatro elementos.

Así, las enfermedades humanas se presentaban cuando se suscitaba un desequilibrio entre esos humores.

También se creía que la estructuración jerarquizada de las facultades mentales era reflejo del orden jerárquico de la familia, del Estado y de las fuerzas de la naturaleza.

Cuando las cosas se ordenaban adecuadamente, la razón tenía dominio sobre las emociones, tal cual un rey gobernaba a sus súbditos, un padre a su hijo y el Sol a los planetas. Pero si ocurría un desorden en algún ámbito, también se producía en otros.

En la cadena de los seres, los humanos se ubicaban entre las bestias y los ángeles. Por ello, si se actuaba contra la naturaleza y se impedía que la razón dominara las emociones, era como si se descendiera al lugar que ocupaban las bestias.

De igual forma, si se trata de sobrepasar el lugar que se tiene, como lo hizo Eva cuando se dejó tentar por Satanás, esto conduce a un desenlace desastroso.

Pese a lo anterior, los escritores renacentistas no se apegaban enteramente a esa concepción de estar en un universo inflexiblemente organizado. Más bien tendían a hacer planteamientos opuestos a esta teoría.

Y en esa ambigüedad podemos incluir la obra de Marlowe, Doctor Faustus, en la que el personaje principal va más allá de los límites indicados en la cadena de los seres: Fausto es la viva representación de la ambivalencia en el Renacimiento.

 

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