Top 10 Pinturas del Renacimiento Que Tienes Que Conocer Alguna Vez En Tu Vida

Las pinturas renacentistas se caracterizaron por desafiar la norma establecida en la que el arte se usaba como una forma de exaltar la divinidad del Dios católico.

Por ello, las pinturas en el Renacimiento enaltecían las virtudes del hombre, utilizando relatos históricos de la religión o, por el contrario, con temáticas profanas de seres mitológicos, por lo que era frecuente ver figuras como ángeles, demonios u otros seres.

Para comprender mejor qué podía ofrecer el Renacimiento en cuanto a artes gráficas, he preparado para ti una lista con el top 10 de las pinturas renacentistas. ¡No te lo pierdas!

1. El Nacimiento de Venus

Su creación se remonta al año 1486, y su autor es nada más y nada menos que el mismo Sandro Botticelli.

Representa el mito de la diosa romana Venus (quien emerge del mar dentro de una concha), la cual es plasmada como una mujer madura pero con rasgos físicos hermosos. Esta pintura simboliza el amor y la belleza.

La interpretación simbólica del cuadro, en el que Venus está rodeada de seres místicos y humanos comunes, todavía despierta controversia entre los conocedores del arte.

Sin embargo, la conclusión más aceptada es que Botticelli quiso expresar la idea neoplatónica del amor divino, ejemplificado a través de la hermosa Venus desnuda.

2. La Asunción de la Virgen

Tiziano Vecellio, conocido como Titian (su seudónimo), fue el responsable de la creación de esta obra en el año 1518.

Fue el primer trabajo concedido al autor durante el renacimiento en Venecia, bajo el cargo de líder pintor de la ciudad, cuyo resultado cumplió con creces las expectativas de su público.

Representa la historia bíblica de la asunción de la Virgen María, y podemos apreciar cómo es elevada a los cielos de la mano de un grupo de ángeles y querubines, mientras que el resto de las personas en la tierra observan y se vanaglorian.

Tiziano es considerado uno de los pintores más versátiles del Renacimiento. En la actualidad este cuadro todavía se puede apreciar en la Basílica de Santa María Gloriosa dei Frari, ubicada en Venecia, Italia.

3. Madonna Sixtina

De la mano del pintor italiano Rafael, Madonna Sixtina es un cuadro que fue iniciado en el año 1513 y culminado en 1514.

La figura de la mujer representa a la Virgen María, quien carga al Niño Jesús en sus brazos mientras son rodeados por San Sixto y Santa Bárbara.

Aunque representados de una forma mucho más humanoide, San Sixto y Santa Bárbara son en realidad los querubines más populares en cuanto a pinturas renacentistas con la temática de la religión católica.

Muchos críticos de gran influencia en Europa y el mundo consideran a Madonna Sixtina como la obra suprema de Rafael, y la podemos encontrar hoy en La Galería de Pinturas de Maestros Antiguos, ubicada en Dresde, Alemania.

4. Primavera

Estamos nuevamente ante una obra del maestro Botticelli, pero esta vez surgida unos años antes, en 1482.

El cuadro representa la estación de la primavera, junto con todo lo que esta simbolizaba (belleza, armonía, etc.). Aquí observamos la figura de Venus en el centro de la pintura.

Otras versiones, en cambio, argumentan que la pintura realmente expresa la fertilidad de la tierra, de los hombres y del mundo mitológico que los rodea.

La audacia en el uso de colores cálidos en un fondo tan oscuro genera un impacto tremendo en quienes la observan, por lo que se ha ganado el puesto de ser la principal obra para ilustrar el arte del Bajo Renacimiento.

5. El Juicio Final

Creada por Michelangelo Buonarroti (Miguel Ángel) en el año 1541, no solo ha conseguido ser la obra más reconocida del autor, sino un estandarte de los trabajos en Fresco de la cultura occidental.

Representa los relatos bíblicos que narran el apocalipsis, en los cuales destaca la segunda venida de Jesucristo y el juicio a la humanidad, donde los bondadosos ascienden al Cielo y los malvados sufrirían el castigo eterno.

En la obra, Jesús se muestra en todo el centro, con santos prominentes por encima y demonios condenados por debajo.

A diferencia de las pinturas antes mencionadas, El Juicio Final no se trata de un cuadro sino de un mural que, por cierto, aún se mantiene frente al altar de la Capilla Sixtina del Vaticano.

6. El Beso de Judas

Obra acreditada a Giotto di Bondone en el año 1306, quien a pesar de no poseer el renombre de otros autores renacentistas, por su calidad artística es considerado por muchos críticos como el máximo exponente de la pintura en el Renacimiento.

Durante el ciclo de trabajos en Fresco, se puede considerar a El Beso de Judas como la obra por excelencia de este tipo de técnica.

La pintura tuvo como intención captar el momento que describen los textos bíblicos, previo a la crucifixión de Jesucristo, donde Judas traiciona al Mesías y lo identifica ante los soldados romanos con un beso delator.

Entre los principales atributos de esta pintura está el que logre captar la confusión y el drama que rodean la captura, así como las expresiones de confrontación que tienen tanto Judas como Jesús al verse cara a cara.

Además, destaca en la parte izquierda del cuadro el momento en el que el apóstol Pedro le arranca una oreja a uno de los soldados, incluso cuando Jesús había pedido no lastimar a nadie.

7. La Escuela de Atenas

Nuevamente de la mano de Rafael pero esta vez en el año 1511, siendo esta considerada la obra maestra del autor.

La escena plasmada narra una típica sesión de los filósofos griegos, ilustrando además a los matemáticos y políticos más influyentes de la época.

Por consiguiente, la obra encarna los cuatro puntos centrales de los griegos: filosofía, ciencias, teología y derecho.

La Escuela de Atenas puede encontrarse en la actualidad como uno de los principales cuadros expuestos en Stanze di Raffaello (Estancias de Rafael), dentro del Palacio Apostólico del Vaticano.

Es, así mismo, considerada el emblema que representa (de una forma más completa) el espíritu clásico del Renacimiento.

8. La Última Cena

Data del año 1498 de la mano de Leonardo da Vinci . Es una de las pinturas más reconocidas de la actualidad.

Esta obra de da Vinci no solo destaca por la exactitud con la que se plasma la confusión y la tensión que surge en el momento en el que Jesús revela que uno de los apóstoles lo va a traicionar, sino también la inclusión de otros elementos ocultos a simple vista.

También resalta la inclusión de una mano (que no pertenece a ninguna de las figuras) que sostiene un arma filosa.

Igualmente está el contraste entre las ropas de Jesús y María Magdalena, como forma de ilustrar un romance entre ambos personajes, siendo esta una muestra de rebeldía oculta de Da Vinci contra la Iglesia.

Además de esto, la gracia en el tono y el perfecto movimiento pasivo de las figuras en el cuadro hacen de esta obra un verdadero ícono del arte renacentista.

9. La Creación de Adán

Esta es la obra maestra de Miguel Ángel, quien fue escogido para pintar nada más y nada menos que el techo del salón principal de la Capilla Sixtina del Vaticano.

Ilustra el primer contacto entre el hombre y Dios, colocando al primero sobre la tierra y al segundo dentro de una semicircunferencia, similar a un cerebro, la cual simboliza la omnisciencia divina.

Además a esto, esta obra posee la particularidad de que es la expresión artística más replicada de todos los tiempos.

Dentro de las pinturas del Renacimiento, sin lugar a dudas, La Creación de Adán viene siendo la piedra angular por todo lo que representa.

10. Mona Lisa

Y la pintura renacentista líder de la lista no podría ser otra que la Gioconda, de Leonardo da Vinci, creada en el año 1517.

Ninguna otra obra en el mundo es tan conocida como la Mona Lisa, logrando la trascendencia de su nombre a través de los años y las diferentes fronteras.

El motivo de su fama se encuentra en la misteriosa sonrisa esbozada en los labios de la Mona Lisa, la cual ha dado lugar a incontables debates que argumentan la causa de su sonrisa.

Para da Vinci esta obra fue el trabajo de toda una vida, pues atravesó diferentes evoluciones y progresos hasta llegar al producto que conocemos hoy.

A diferencia del resto de las obras antes mencionadas, la Mona Lisa no fue diseñada para un comprador o una institución en particular, sino que se mantuvo en las manos de su autor hasta el día de su muerte.

Además, ha sido codiciada y exitosamente robada (está valorada en 760.000.000 de dólares) en diferentes ocasiones de la historia, a pesar de que actualmente se mantiene con toda seguridad en el museo del Louvre de París.

¿Conoces alguna de estas obras? ¡Comparte cuál es tu favorita en los comentarios!

 

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