Los grandes avances surgidos en la Primera Revolución Industrial (como la máquina a vapor y el ferrocarril) sirvieron de base para lo que después llegaría en la segunda, específicamente en los aspectos tecnológicos, sociales y económicos.
Y aunque principalmente dichos acontecimientos tendrían un carácter positivo para la población en general, algunos aspectos acabaron siendo más una desventaja para otros.
¿Quieres saber más acerca de la Segunda Revolución Industrial? Entonces no te pierdas la descripción de las principales características y efectos que te he preparado a continuación.
Características de la Segunda Revolución Industrial
Resulta imposible hablar de las características de la Segunda Revolución Industrial desde una visión general, debido a que los diversos aspectos que aborda pueden resultar muy distintos unos de otros.
Por tanto, es pertinente clasificarlos en distintos puntos:
Nuevos Medios de Transporte de la Segunda Revolución Industrial
Una de las características más importantes de la Revolución Industrial en ambas etapas, recae en la que consiguió acercar regiones, países y continentes unos con otros, a partir del desarrollo de distintos medios de transporte.
Uno de ellos parte del crecimiento masivo que obtuvieron las rutas de ferrocarril a partir de la construcción de nuevos rieles.
Desde 1830 a 1860, el crecimiento de dichas vías en los Estados Unidos permitió conectar básicamente todas las ciudades del este en los principales sectores industriales.
Por su parte, en Europa se logró romper con las fronteras y conectar ciudades de diferentes países a partir de complejos sistemas de conexión de ferrocarril.
En un escalón por encima del ferrocarril, aparece la invención del automóvil, en 1885, como el medio de transporte terrestre más importante de la Segunda Revolución Industrial.
El automóvil supuso el primer medio de transporte individual impulsado completamente de forma automatizada, y gracias a su accesible precio, la mayor parte de la población (primero en Alemania y luego en el resto del mundo) podía contar con su propio modelo.
No obstante, si ambos medios de transporte pueden llegar a ser superados, solo podría ocurrir a partir de la invención del aeroplano.
De la mano de los hermanos Wilbur y Orville Wright, el aeroplano logró cumplir con el más antiguo de los sueños de la humanidad: volar por los cielos.
Y aunque los primeros modelos tenían capacidad para solo dos pasajeros, fueron el primer paso en camino a los grandes aviones comerciales de la actualidad.
Desarrollo de Nuevas Fuentes de Energía de la Segunda Revolución Industrial
Pasar de las máquinas impulsadas por energía cinética a las máquinas impulsadas por motores de vapor fue uno de los principales hallazgos de la primera etapa de la Revolución Industrial.
Sin embargo, durante la segunda etapa se consiguió trascender en este punto y se logró obtener energía de dos fuentes diferentes: la electricidad y el petróleo.
En cuanto a la primera, los generadores de electricidad permitieron eventualmente remplazar el motor a vapor como fuente de energía para impulsar maquinaria industrial y, posteriormente, electrodomésticos como neveras o lavadoras.
Por su parte, no podía diseñarse un generador eléctrico lo suficientemente pequeño, ligero y portátil para alimentar los motores de medios de transporte como el automóvil y el aeroplano, por lo que se logró otra solución: energía proporcionada por el petróleo.
El combustible a base de gasolina, combinado con una chispa que haría ignición en los motores, dotaría a estos inventos con la suficiente energía y potencia como para desplazarse a grandes velocidades y por distancias considerables.
Desarrollo de Nuevos Modelos Industriales de la Segunda Revolución Industrial
La industria textil y la ganadera formaron parte de la primera ola de empresas surgidas en la primera fase de la Revolución Industrial, pero sin duda no fueron las únicas.
Con la llegada de la Segunda Revolución Industrial, otros sectores como la industria eléctrica y de alimentos enlatados tomaron un papel protagónico, aunque nada comparado al que ocuparon dos modelos industriales: la industria química y metalúrgica.
En cuanto a la primera, cobra mayor impulso a mediados del siglo XIX, encargándose de la producción de elementos como el vidrio, el cemento, el papel, el plástico y otros elementos, al igual que confeccionar sus productos derivados.
Por el otro lado, si bien ya la industria del metal había sido fundamental en la primera etapa, se habían confeccionado técnicas de extracción de elementos como el fósforo y el hierro para el fortalecimiento de las láminas de acero.
Estas fueron fundamentales para, ya a finales del siglo XIX, se desarrollaran máquinas acorazadas, más resistentes a los impactos, como ocurrió en el caso de los submarinos bélicos.
Nuevos Inventos de la Segunda Revolución Industrial
La principal característica de la Revolución Industrial se muestra en albergar una amplia cantidad de inventos, mantenidos intactos o desarrollados a versiones mejoradas todavía en la actualidad.
Como consecuencia del crecimiento de las fábricas, la demanda de maquinaria u otro tipo de material pesado era constante y creciente, haciendo difícil su traslado en infraestructuras con más de una planta. Esto dio como resultado la invención del elevador.
También surgieron otros inventos más conocidos por la comunidad, como es el caso de la máquina de escribir, surgida en 1829 y bautizada en un principio por el nombre de tipógrafo.
Pero sin duda el más emblemático de los inventos surgidos en la segunda etapa de la Revolución Industrial, por su importancia entonces y su trascendencia hasta la actualidad, se trata del teléfono, invento de Alexander Bell, en 1876.
La suma de estas características anteriormente descritas, hicieron que la Segunda Revolución Industrial tuviese igual o más importancia que la primera, en términos de efectos en la sociedad.
Sin embargo, ¿cuáles fueron estos efectos generados a partir de este período histórico? A continuación los analizaremos a detalle:
Efectos Positivos de la Segunda Revolución Industrial
Al ser un momento de crecimiento industrial de magnitudes colosales, la mayoría de los efectos fueron y continúan siendo considerados positivos para la sociedad. Entre ellos destacan:
Mejores Ambientes de Trabajo
Antes de la llegada de las máquinas a las fábricas, se debía emplear gran esfuerzo y grandes cantidades de tiempo para completar la cuota mínima de la empresa para mantener un saldo favorecedor.
Además, muchos de estos trabajos (como transporte de materiales o preparación de mezclas químicas) podían ocasionar daños a corto y mediano plazo en la salud de los trabajadores.
Con la automatización de gran parte de las arduas tareas de las industrias, los trabajadores podían cumplir con las cuotas de la empresa sin arriesgar (en mayor o menor medida) sus vidas al hacerlo.
Mejoras en la Calidad de Vida
La industrialización de las grandes ciudades y el crecimiento del número de fábricas trajo como consecuencia la contratación en masa de empleados provenientes del campo, quienes buscaban mejores oportunidades de empleo.
El traslado a la ciudad ofrecía ciertos beneficios implícitos, tales como el acceso a una mejor calidad de educación, facilidades en el traslado y acceso a una mayor gama de alimentos.
Mayor Capacidad Adquisitiva
Como consecuencia de la constante elaboración de productos y del auge que recibían en el mercado, comenzó a vivirse los inicios de la cultura de consumo propia del capitalismo, y con esto la tendencia a la reducción de precios.
Como resultado, el precio de los productos en el mercado descendían a medida que eran más cotizados por la población, lo que permitía a los habitantes rendir en mayor medida sus sueldos.
Consecunecias de la Segunda Revolución Industrial
A pesar de los múltiples beneficios, también puede señalarse algunos efectos negativos, resultantes de la Revolución Industrial, que todavía padecemos en la actualidad. Entre estos pueden mencionarse:
Aumento en la Densidad de Población en las Zonas Urbanísticas
Debido al desplazamiento de los habitantes de zonas del campo a las ciudades, el índice de sobrepoblación creció considerablemente.
Esto se vio reflejado en la alta densidad de habitantes en las zonas urbanísticas, lo cual originó cierto rechazo por parte de los habitantes originarios de la ciudad hacia los inmigrantes del campo, dificultando su adaptación.
Contaminación Atmosférica
Una de las principales críticas hacia la revolución industrial, surgidas en los movimientos posmodernos de la actualidad, recae en si realmente valió la pena elevar de forma tan drástica los niveles de contaminación por el desarrollo tecnológico.
Todavía en la actualidad, muchas de las grandes industrias producen gran cantidad de desperdicios, así como alto índice de contaminación del aire en cuanto a las fábricas que funcionan con energía a base de petróleo.
Desinterés por el Sector Agrícola
Como resultado al desplazamiento a la ciudad y a los atractivos empleos en las industrias, más relacionadas a los textiles o productos químicos, la industria agrícola fue decayendo progresivamente.
Y a pesar de que se mantenía en pie lo suficiente como para continuar la producción de alimentos, no se continuó el desarrollo de inventos tan significativos como ocurrió en otros sectores.
Mas allá de las posturas con respecto a los efectos positivos o negativos de la Revolución Industrial, su relevancia histórica es innegable y llega hasta el punto de marcar un nuevo rumbo que seguiría la humanidad.
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